4 A mi como si ardes en el infierno

26 2 0
                                    

Harry podría ser todo un hombre físicamente pero ahora mismo se encontraba asustado como un niño cuando pretende hacerse el valiente viendo una película de terror de esas que sus padres le tienen prohibidas. Daba gracias a Liam por haberle enseñado a disimular, a parecer una roca por fuera incluso si por dentro estaba temblando.

¿Cómo podía Louis haberlo olvidado? ¿Acaso Harry no fue igual de importante para él como él lo fue para Harry? Aunque Harry nunca lo admitiría en la soledad de su habitación a menudo había pensado en cómo sería su reencuentro con Louis, con su mejor (quizás debería empezar a usar el prefijo ex) mejor amigo. Pero dentro de todas las opciones, por su mente nunca pasó nada como lo que estaba ocurriendo en ese momento. Había imaginado que Louis iría a buscarle alguna vez a París, aprovechando que él era mayor de edad y allí Harry le enseñaría todo lo maravilloso de la ciudad y quizás, eso solo en sus sueños más salvajes, pudiese recibir un beso de Louis bajo la torre Eiffel. También había imaginado múltiples situaciones en las que él no era un cobarde y se atrevía a viajar de vuelta a Londres a pesar de que existiese la posibilidad de que Louis lo hubiese olvidado y de que su padre le matara. Imaginar diversas posibilidades no había ayudado a ponerse una coraza contra el dolor que pudiese causar el rechazo, el ser olvidado por alguien quien seguía aún tan presente para Harry.

Era obvio porqué Louis había olvidado a Harry. Louis era un chico popular, que se relacionaba con todo el mundo y el que tuvo la suerte de no tener que dejar su hogar. Sin embargo Harry era el chico torpe y ligeramente antisocial que a veces podía llegar a resultar incluso molesto. Harry tuvo la desgracia que él fue el que dejó su antigua vida y a Louis por lo que Louis pudo seguir adelante con facilidad mientras Harry estuvo destruido por un largo tiempo, cicatrices que aún no lograban sanar.

El chico de los rizos tragó el nudo de su garganta y miró a su antiguo amigo que se encontraba demasiado cercano al chico de los tatuajes, parecía ser que el concepto de espacio vital no era muy bien entendido por esos dos, y en su propia casa ¡qué poco respeto!

- Solo se tu nombre porque me lo dijo tu amigo. Soy el dueño de esta casa y creo que es el momento de que os vayáis que aún tengo que instalarme con mi familia.- Harry dijo. Sabía que había sido demasiado rudo pero no había podido evitarlo.

El nuevo dueño de la casa estaba empezando a experimentar una sensación de rechazo contra el perfecto amigo de Louis. El estúpido niño de los tatuajes... por su cabeza pensó que debería dejarle a solas en una habitación con Liam y este le pisaría como un elefante pisa a una hormiga, hundiéndole en el piso. Incluso estando un poco destruido ese pensamiento le hizo reírse un poco. Fue una sonrisa que cayó pronto porque observó cómo Louis le estaba mirando con cara de pocos amigos.

- ¿Cómo te las arreglas para siempre rodearte de estúpidos zayn?- Louis preguntó. Primero el estúpido empresario ese francés que se creía dueño del mundo y ahora su mejor amigo, otro estúpido descortés.

Zayn miró a su "no-novio" con cara estupefacta e intentó hablar aunque se quedó sin palabras ante la cara del hombre al que había vendido la casa.

- Que te vayas de mi casa ahora... o quizás puedo echarte yo, o llamar a mi amigo , el dueño del mundo, que además es experto en artes marciales para que patee ese culo de mujer que tienes fuera de la casa. Mi casa.

Por suerte o desgracia para Harry y Louis los mellizos vinieron para interrumpir la batalla que ambos estaban teniendo. Harry acompañó a Zayn y a Louis a la salida, aunque prácticamente les arrastró fuera, y les cerró la puerta en las narices.

Hizo un último esfuerzo por sonreír y abrazó a sus sobrinos. Preguntó si les gustaba la casa y estos encantados le relataron todo lo que habían conocido y visto. Él besó sus cabezas y subió a su habitación para llamar a la asistenta para que viniera a trabajar lo antes que pudiera. Por suerte Liam también había dejado atado todo eso para él. A veces Harry se arrepentía de no haber aceptado salir con Liam cuando este le confesó que estaba enamorado de él. Liam era todo lo que alguien necesitaba pero sin embargo Harry había sido demasiado estúpido como para aceptar dejarse llevar y haber tenido algo más que algún encuentro sexual esporádico con su mejor amigo.

Gemma entró en la habitación de su hermano y se rio de la cara tan horrible que tenía su hermano. Ella había escuchado todo desde la cocina y también era la única que conocía todos los sentimientos de su hermano y sabía lo mal que podía estar.

- Si quieres puedo emborracharle esta noche y patearle las bolas- Gemma dijo.

- No estoy muy seguro de a quién te refieres ni de qué quieres decir con "esta noche" Gemma. - Él contestó sobándose el puente de la nariz.

- Me refiero a "tu Louis" y a la reunión de antiguos alumnos de esta noche.- Ella dijo

- Ni es mi Louis ni merece la atención necesaria como para que tu pierdas tu tiempo en eso. Sal, pásatelo bien, emborráchate y mira a ver si Niall sigue estando igual de bueno y te le traes a alguna de las habitaciones de invitados Gem. – Harry dijo y miró dulce y divertidamente a su hermana mayor.

Gemma asintió y fue a preparase para la fiesta. Harry le había advertido que debería mantenerse lejos de Louis pero ella nunca lo haría, si Louis había sido un imbécil olvidándose de su hermano el pagaría por ello y Gemma tenía todo en su mano para hacerle sufrir un poco.



* Everybody hurts * (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora