-Despierta- escuché y abrí los ojos encontrándome con más oscuridad. ¿Qué pasaba? De repente todas las piezas comenzaron a encajar en el puzzle que era mi cabeza en ese momento. En algún momento me quedé dormida, aunque aquello se me hubiera antojado imposible en algún momento. Dormir en la misma habitación que Víctor... Creí que pasaría la noche en vela intentando dormir, pero no fue así.
Me incorporé y busqué a Víctor. Lo vi agachado al lado de la cama removiendo otra vez su equipaje.
-¿Qué pasa?- pregunté.
-Nos vamos-
-¿Por qué? Es muy temprano...- dije sin moverme de la cama, tan solo me tapé más y me giré en un intento de seguir durmiendo, pero Víctor me sacó a la fuerza de allí. Eso solo supuso que yo estuviera mucho más furiosa.
-Joder, ¿se puede saber qué pasa?- grité y él se levantó rápidamente dirigiéndose hacia mí, acercándose demasiado.
-No grites. Si nos vamos ahora es para que nadie nos vea, ¿entiendes? Tenemos que ser invisibles a los ojos de todo el mundo, al menos hasta el juicio- comentó en un susurro que me puso muy nerviosa.
-¿Juicio?- recordé.
-Sí- dijo él.
-¿Me puedes explicar algo de lo que está pasando? Por si no lo recuerdas estoy tan dentro de esto como tú- le comenté.
-Es un juicio, sin más- dijo él.
-No me lo creo-
Víctor volvió a mostrarme su pistola, aunque no supe si lo hizo a drede, y luego sacó un cigarrilo que encendió frente a mí.
En cuando le dio una calada alcé mi brazo para sacar el cigarrillo de su boca y llevarlo a la mía. Víctor me miró con los ojos muy abiertos.
Le di una calada y expulcé el humo ignorando que él seguía observándome detenidamente, cosa que me ponía muy nerviosa, pero sabía disimular bien y no me importó, aparentemente.
-No sabía que fumaras, te creía por una niña que siempre hacía lo correcto- dijo él entre risas.
-Pasa que no soy una niña- le dije y volví a poner el cigarrillo en su boca. Lo dejé atrás y cogí mi bolso.
-Solo fumas cuando... ¿te extresas?- preguntó tras de mí en un hilo de voz.
Lo ignoré. No iba a entrar en su juego. Esperé a que viniera. ¿No tenía tanta prisa? Este chico me estaba desquiciando poco a poco.
Se acercó a mi y antes de tomar su equipaje que estaba a mis pies. Expulsó el humo frente a mi haciéndolo ver increíblemente sexy. Sí, sexy... No sé cuanto tiempo iba a soportar aquella situación y aquel juego que se había marcado. Alex, eres fuerte... Me decía una y otra vez.
Salimos del motel sin cruzarnos con nadie, supongo que eso era lo que quería Víctor. No levantar sospechas ni que nadie nos reconociera. Aquello era tan extraño y alejado a la lógica que yo ya no sabía ni que estaba bien o mal. Sólo seguía los pasos de Víctor, sin cuestionarlos.
Subimos a su coche y me quedé mirándole. ¿Le había puesto nervioso? Me miró dos veces para prestar atención, después a la carretera. Estaba despeinado y sos ojos azules contrastaban con el rojizo tono del cielo que anunciaba que el sol estaba a punto de salir.
-¿No vas a decirme qué es eso del juicio?- rompí el silencio.
No aguantaba más, tenía que saberlo. ¿Estaría relacionado con eso que dijo él? Recordé cuando dijo que todo se arreglaría, puede que aquello formara parte de un plan que no lograba comprender.
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Veintitantos
Storie d'amoreAlex es una chica que intenta comenzar una nueva vida alejada de su pasado, su madre muere repentinamente y ella tendrá que enfrentarse sola a una vida que no le dará más que problemas. A pesar de todo, el pasado volverá a ella sin remedio de la m...