Cerré los párpados una vez más para adentrarme en una oscuridad donde sólo podía sentirme ya segura, todo lo que estaba allá afuera daba miedo.
Me dolía la cabeza, había pasado horas llorando desde que Paul asomó a mi puerta para romper todos mis esquemas. Paul y la mierda de la mafia esa que perseguía a Víctor, que me hagía secuestrado... ¿Cómo podía ser cierto? Él me había asegurado que Víctor iba a pagar por lo que fuera que había hecho y bueno, ¿qué se suponía que tenía que hacer yo ahora? ¿Avisarle? ¿Esperar? La idea de que el peligro estaba más presente que nunca me estaba volviendo loca.
Se suponía que Paul tenía que ser una persona decente, recuerdo el día que lo conocí, parecía una persona normal, incluso fue amable conmigo y me cayó bien a pesar de que mostró estar interesado en mí, pero ¿cómo iba a pensar yo que era un maldito delincuente? Alex, baja de la nube y piensa mal, porque es entonces cuando acertarás.
Pero todo aquello era demasiado raro, su padre era policía, él me lo dijo la noche que llevé a Víctor al local. ¿Y si me había mentido? Aquello no tenía ninguna lógica o puede que no mintiera y en ese caso... Joder, ya no sabía que pensar de nada. Tenía que hacer algo, había pasado demasiado tiempo dándole vueltas a todo aquel asunto, llorando y siendo una cobarde.
Me levanté de la cama, encendí la luz y tomé mi móvil convencida de que tenía que avisar a Víctor. Lo llamé, necesitaba hablar con él.
-¿Sí?- sentí tranquilidad al escuchar su voz y enseguida mi mente quiso verle, imaginarlo fumando su cigarrillo en aquel apartamento que tenía, si es que seguía viviendo allí.
-Víctor, necesito contarte algo que ha pasado- intenté parecer firme, pero mi voz se quebró en algún punto de aquella frase.
-¿Qué pasa?- la alarma se había encendido en Víctor.
-Paul, no era quien creía, Víctor- hice una pausa para intentar tranquilizarme y no llorar -dice que se las pagarás, no paraba de preguntarme dónde estabas... No sabía que hacer, no sé que hacer, Víctor-
-¿Estás segura de lo que dices?- ¿estaba nervioso? Víctor, ¿nervioso?
-Sí, Víctor. Se presentó aquí preguntándome por ti, quería buscarte y para nada bueno, supongo. Dijo eso, que estaba dispuesto a encontrarte y a hácertelas pagar-
Él no dijo nada, solo oía su respiración ir y venir. ¿Por qué no decía nada?
-¿Y qué pasó para que se pusiera así contigo?- preguntó.
Sentí un escalofrío. Claro que el no sabía que estaba pasando realmente porque yo le había mentido, pero ya no podía hacerlo más. Estaba claro que no.
-Se presentó esta mañana en mi casa y no sé como supo donde vívía- comencé, aquello le haría dudar, solo esperara que no se enfadara conmigo por lo que tenía que decirle...
-¿Cómo?- soltó él.
-Sí, Víctor. Entre él y yo no había nada- le dije.
-Entonces.... No estoy entendiendo nada. Yo creí que...- comenzó, pero no podía dejarle que pronunciara aquello porque me daba repugnancia.
-Nada, Víctor. Él solo iba detrás mía. Nada más, pero se aprovechó de su posición...- le dije.
-¿Cómo que se aprovechó? ¿Qué te hizo?- su tono se elevó más de la cuenta y sabía que estaba rojo de la furia.
-Me amenazó y por eso lo besé aquella vez... Me dijo que su padre era policía y que te detendría...- le explicaba mientra su respiración se hacía más sonora. Antes de que pudiera decirle algo más colgó.
ESTÁS LEYENDO
Veintitantos
RomantizmAlex es una chica que intenta comenzar una nueva vida alejada de su pasado, su madre muere repentinamente y ella tendrá que enfrentarse sola a una vida que no le dará más que problemas. A pesar de todo, el pasado volverá a ella sin remedio de la m...