Rumores.

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Katniss.

Han pasado dos semanas desde que mi compromiso con Peeta Mellark se hizo oficial. Han pasado dos semanas desde que mi madre ha estado organizando mi boda, al igual que la de Finnick, puesto que quiere que la boda de cada uno de los hermanos Everdeen sea inolvidable, para que todos en la ciudad hablen de ella, por lo que quiere que haya el menor tiempo posible entre ellas, así que la boda de Finnick con la señorita Annie Cresta será en tres semanas y la mía en cuatro semanas.

―Señorita, deje de jalar el estirar de la manga, lo va a romper ―dice molesta la costurera.

Estoy con mi madre midiéndome mi vestido de novia, de todo lo relacionado con la boda es lo único en lo que puedo opinar ya que en todo lo demás gracias a mi falta de interés mi madre no me pregunta nada al respecto y menos gracias a la diferencia de gustos que tenemos mi madre y yo ya que a ella le gustan las cosas ostentosas mientras que a mí me gustan las cosas más sencillas, pero como yo voy a ser la que va a llevar el vestido puesto todo el día me dio la oportunidad de escoger el que más me guste y me sienta cómoda, siempre y cuando vaya acorde a la decoración.

Llevamos aquí 4 horas y todo gracias a que no había podido encontrar un vestido que me gustara, hasta que encontré uno que lo hizo.

Es un vestido blanco de seda, la falda es de dos capas, la capa inferior es lisa hasta que al final tiene unos bordados de flores, la capa superior la cual en la parte de atrás es larga para la cola que no es muy larga, enfrente se abre dejando ver la capa inferior, en la orilla tiene bordados y encaje, la parte superior es un corsé, que deja la mitad de mis hombros al descubierto, tiene bordados en la parte del busto, las mangas son ajustadas hasta la altura del codo para después irse ensanchando hasta la altura de mis muñecas.

Es un vestido cómodo, sencillo y bonito, justo lo que buscaba.

―Listo señorita, deje le hablo a su madre para que la vea ―dice la costurera mientras sale del probador.

Miro mi reflejo para ser sincera es un vestido muy hermoso y me gusta cómo se me ve, aunque me hubiera gustado usarlo en otro momento, cuando realmente hubiera querido casarme, para ser sincera.

―Katniss, te ves hermosa ―dice mi madre entrando al vestidor, yo solo le dirijo una sonrisa tímida ya que nunca me he acostumbrado a ese tipo de cumplidos.

―Gracias madre ―digo seria.

Sé que le duele ver mi desinterés por la boda, pero no puedo hacer nada al respecto ya que por más que lo intente, me es imposible hacerlo, tal vez si conversara más seguido con Peeta Mellark, podría hacer esto más llevadero, de hecho no hemos vuelto a dirigirnos palabra alguna desde el día de la propuesta.

Después de que me quito el vestido y vuelvo a ponerme el que traía cuando vine, mi madre se queda hablando con la costurera sobre los detalles del vestido, su costo, etc. Así que decido salir e ir a la librería que está a un par de edificios, ya que últimamente he estado leyendo más de lo normal para poder olvidarme de todo lo que está ocurriendo a mí alrededor. Pero cuando estoy a punto de abrir la tienda escucho que me llaman.

―¡Katniss! ―volteo hacia el origen de la misma y me encuentro a Annie saliendo de uno de los probadores.

―Annie ―contesto cortés, ya que a pesar de que es la prometida de Finnick no he hablado mucho con ella.

―¿A dónde ibas? ―pregunta sin borrar la sonrisa de su rostro, sé que a pesar de no haber hablado mucho con ella es raro que nos hablemos como confianza, pero ella así quiere que le hable ya que dice que no es necesaria tanta formalidad si prácticamente ya somos familia.

―A la Librería.

―Vamos, te acompaño ―dice entrelazando nuestros brazos para después irnos a la librería.

A mitad del recorrido dice.

―Katniss, sé que no es de mi incumbencia, pero Finnick ya que contó tu situación, así que ¿Cómo te sientes al respecto? ―su pregunta me incomoda ya que no creo y tener la suficiente confianza como para responderle, pero aun así lo hago.

―Pues, no sé si habrás dado cuenta estoy tratando lo más que puedo de no involucrarme con lo relacionado a la boda, puesto que a diferencia tuya tu decidiste casarte sin ninguna obligación de por medio, así que ponte en mi lugar e imagínate que tú y Finnick estuvieran en la misma situación, cosa que no le deseo a nadie, pero no tengo más remedio que aceptar mi destino ―respondo cuando llegamos a la librería y entramos.

Ella guarda silencio unos minutos analizando lo que le acabo de decir, para después decir.

―Es cierto lo que me acabas de decir, es una situación muy difícil y lo único que puedo decirte es que un matrimonio sin amor de por medio no es un matrimonio, es solo un puesto ante la ley, así que lo único que les queda es tratar de ser por lo menos amigos y quien sabe a lo mejor algún surjan sentimientos entre ustedes por el uno por el otro ―dice pagando un libro para después salir de la librería dejándome analizando lo que dijo.

¿Será posible que suceda lo que dijo Annie?, tal vez exista esa posibilidad, ya que prácticamente vamos a pasar juntos el resto de nuestras vidas, pero también existe la posibilidad de que no ocurra, pero aun así no puedo evitar hacerme ilusiones sobre ello, pero así como vienen se van ya que escucho a un par de señoras que están al otro lado del estante en donde estoy.

―¿Escuchaste que Peeta Mellark Tiene una amante?

―Sí, pero ¿no que se había comprometido con Katniss Everdeen?

―Así es pero me dijo Lady Rice que lo había visto durante varios días muy entretenido en la plaza del pueblo sentado en una banca escribiendo en una libreta, que al parecer no es suya ya que la deja en la banca y los pocos minutos aparece una joven muy bonita para ser sincera y lee la nota que deja Mellark y la responde, y así todos los días a la misma hora, sin falta.

―¿Y a qué hora los puedes encontrar ahí? ―la otra guarda silencio unos segundos, viendo la hora supongo.

―Ahorita mismo los puedes encontrar.

Veo de reojo el gran reloj que hay sobre el mostrador, veo que son las 5:00 pm. Y dejo el libro que tenía en mis manos sobre el estante y salgo de la librería para ir a la plaza del pueblo para comprobar que esas señoras chismosas solo estaban contando rumores como siempre pero no es así.

Cuando llego a la plaza a lo lejos puedo ver a Peeta tal y como dijeron sentado y con la libreta sobre las manos, no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas y antes de que se dé cuenta de mi presencia me voy corriendo.

Corro hasta llegar al carruaje, por suerte mi madre aún no está ahí, así que cuando subo dejo que las lágrimas corran libremente por mi rostro.

No quiero casarme. No quiero pasar el resto de mis días con un hombre el cual apenas conozco. No quiero obligar a un hombre a estar conmigo, cuando él quiere estar con alguien más. No quiero dejar a mi familia en la ruina. Quiero casarme cuando yo quiera. Quiero casarme con un hombre con el cual conozca lo suficiente como para tomar ese tipo de compromisos. Quiero que ese hombre me ame. Quiero que mi familia este orgullosa de ello.

Pero pensar todo esto no me servirá de nada, ya que ya no se puede hacer nada al respecto más que guardarme todo esto para mí, puesto que nadie me puede ayudar con mi problema.

Escucho a mi madre parlotear al otro lado de la puerta del carruaje así que me limpio rápidamente las lágrimas. Por suerte los guantes que madre me obligó a ponerme esta mañana sirven para poder quitármelas y poder quitar cualquier rastro de ellas.

Cuando mi madre entra al carruaje no se da cuenta de que estuve llorando y si lo hizo no dijo nada al respecto cosa que me agrada, ya que no me siento preparada para poder contarle como me siento sin recalcarle en a cara el hecho que todo esto de la boda es una farsa ya que me voy a casar por obligación y no por amor.

¿Estamos Listos Para El Amor?- Everlark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora