Dar proxxmu. PAUSADA.

Capítulo ocho: Aparición - Desaparición.

[Narra Dennis]

Cuando Audrey hablaba de Coleman como alguien completamente infame, no me imaginaba esto.
Eran por lo menos unas cuarenta fotografías, ninguna se repetía y algunas tenían una particular marca en ellas. Debajo había un mueble con unas cinco o seis velas claramente gastadas.

Scott alumbró a la derecha de la habitación, encontrándose con más fotografías, pero no era Audrey la que aparecía en ellas, era una chica más alta y muchísimo más delgada que ella. Podría decir que tenía algún problema.

-Salgamos de aquí. Ahora -dijo Audrey, y no la culpo.

-¿Qué?, ¿en serio quieres irte?. Has entrado a esta casa porque algo de ese viejo te llamaba la atención, ¿y cuando le descubres quieres irte?, ¿no te da curiosidad saber por... -Scott fue interrumpido.

-Mira, no sé tú, pero para mi no es nada normal esto -habló la rubia señalando sus fotos - y sí, sí me da curiosidad pero prefiero no averiguar un por qué. No eres tú quien se encuentra en todas esas fotografías. Si quieres quedarte, hazlo -dio media vuelta y se encaminó por donde vinimos. Zoe nos miró a Scott y a mí, y se dirigió a donde Audrey segundos atrás.
No hizo falta nada más para que yo imite las acciones de mis amigas.

Antes de llegar a la sala en la que estábamos al principio, oí el forcejeo de algo, y me temí lo peor.

[Narra Zoe]

Al dirigirme a la sala pude notar que Audrey ya se encontraba a centímetros de la puerta, esperé a que la abra, pero a comparación de eso, comenzó a forcejearla ya que no cedía.
Colocó un pie en la tabla de madera e hizo aún más fuerza, pero era en vano.

-¡Ya no estoy para bromas! -nos gritó.

-Cálmate -dijo Denn y se apresuró a intentar lo que ella no pudo, pero igualmente no sirvió.

-Scott ábrela o te juro por mi madre que te comerás un tortazo- dijo.

-¿Eh?, ¿qué hice yo ahora? -preguntó él confundido.

-Oh, no lo sé - respondió ella con ironía - fuiste el último en entrar y casualmente no te quieres ir, no sé que has hecho pero nos sacas de aquí ya -.

-¡Yo no hice nada, y será mejor que bajes tu histeria! -era la primera vez que Scott le gritaba de esa manera a Audrey.

-Nunca debimos entrar aquí -agregó ella.

-Tarde te has dado cuenta - le recriminé.

-Ya vale, ¿no? -me dijo.

En ese momento se oyó una puerta abrirse y luego cerrarse en el fondo del pasillo. Los cuatro nos quedamos paralizados. Seguidamente, se escuchó un tipo de tos, como si alguien se estuviera ahogando, pero no era justamente ese ruido. Scott al instante se deshizo de la linterna.

Luego de unos minutos de quedarnos estáticos, tratando de que ni nuestras respiraciones se escuchen, la puerta volvió a cerrarse.

Comencé a sollozar.

-Quiero irme de aquí -.

Dennis me calló.

-Salgamos por las ventanas -propuso Scott.

-Oh, ¿y romperás las rejas con tu súper fuerza? -agregó innecesariamente la rubia.

-Deja de comportarte como una imbécil, todos aquí estamos asustados -le respondió.

-Ya cerrad el pico -intervine -Audrey, ¿no hay puerta trasera? -pregunté con esperanza.

-No, pero ahora que recuerdo tiene una ventana por la que, supongo yo, cabemos -.