Capítulo 33

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Me pongo mi colonia "Alaska y Mario", después los tacones y camino hacia la puerta.

Habro la puerta y me encuentro con una nota enfrente de la puerta.
En ella ponía:

"Tan sólo un secreto, tan sólo una noche.
Dime, ¿quien podría enterarse si nos escapamos?"

Sonrió recordando la locura de Jesús, precipitandome si realmente es el.

Sigo mi camino, hacia el ascensor, donde al abrirse hay otra nota, pegada a un globo, que se encuentra atado a la barandilla del ascensor. En la nota pone mi nombre.
La cojo y la habro.

"Sigue la locura, ¿dispuesta a correr el riesgo?"

Sonrió mordiendome el labio inferior.
Las puerta del ascensor se habren, dejándome ver un gran cartel con mi nombre, que lo sostiene un señor, vestido de chófer.

-¿Emma?- Asiento.- Acompañeme.

Le sigo pensando si esto es idea de Jesús o de algún descarado que se quiere hacer conmigo.

El chófer para frente una limusina y habré una de las puertas.
Entro y veo que es muy espaciosa, cierra la puerta y se sienta delante, en el asiento del piloto.

-Hay otra nota.- Sonríe señalandomela.

La cojo y la desdoblo, consiguiendo la meta de leerla.

"Bien nena, no te rindes. Ahora tienes que hacer una simple cosa. ¿Dispuesta?
Bien, al llegar escondete, de la mejor manera. Encontrarás como una capilla a tu izquierda, escondete por ahí. Nos pueden ver, ¿sabes? No hables con absolutamente nadie, ¿quien sabe quien conoce a tu madre?"

-¿Dispuesta?- Pregunta el chófer sacandome de mis pensamientos.

-Ajá.- Sonrió.

-Bien, pues hemos llegado.

La limusina para y miro por la ventanilla.
Efectivamente hay una capilla a la izquierda y varía gente;todas niñas, supongo que Gemeliers.
Pero las cosas se tuercen y veo a mi madre caminar hacia las Gemeliers.

-Quitese los tacones, provocará menos escándalo.

-Gracias.- Agradezco quitandome los tacones.

Salgo sigilosamente de la limusina, cierra la puerta con cautela y corro de puntillas hacia la capilla.
Me escondo tras un muro, por suerte Mi madre no me ha visto.
Sigo ni caminata, hasta ver que a la izquierda, entre las paredes hay un hueco.
Paso entre el y aparezco en una estancia cerrada, una piscina con luces, una habitación solitaria en una esquina, dos sillas, una mesa y algo de bebida.

Me pongo nerviosa, nose si aquí es donde se refería o me he colado.

Miro a mis alrededores, hasta que alguien posa sus manos en mi cintura, provocando que pegara un pequelo brinco del susto.
Seguido apoya su cabeza entre el hueco que se encuentra entre mi cuello y mi hombro y suelta un pequeño suspiro.

-Te echaba de menos.

Sonrió cerrando los ojos.

Me giro y mi primera reacción es enrollar mis brazos alrededor de su cuello y besar sus labios.

-¿Sabes que tu madre está ahí fuera?

50 sombras de Danisu [Gemeliers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora