Capítulo 43

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Mario se separó de la suponente Emma, para mirarme sorprendido y Emma sorprendida. Pero la miré fijamente, no era ella.

-Tío, no es ella.

Medio sonreí aliviado.

-¿Dónde está?

-¿Quién?- Preguntó una voz femenina tras de mí.

Me giré y la vi, sonriendo apoyada en el marco de la puerta. Tenía la mirada perdida, se encontraba bajo los efectos del alcohol.

-Vestiros, ahora hablamos.- Me acerqué a Emma y la agarré mientras Caminábamos hacia el dormitorio.- Y tú.- Señalé a la chica.- No te vayas.

Asintió con cierta vergüenza y entré en el dormitorio, cerrando las correderas tras de mí.

Deje que cayera en la cama, mientras reía sin control.

-Venga, a la ducha.- La cogí entre mis brazos.

-No, de fiesta.- Río.

-No, a la ducha.- Entré en el baño y la senté en la taza del váter.

Comencé a desvestirla, pero una vez en ropa interior no me dejó seguir.

-No, no mires.- Me agarró la mano.

-No sería la primera vez que te veo.

Negó.

-Adlo tú.- Me separé de ella mientras me giraba.

Bastó un segundo para que todo lo de la estantería cayera el suelo y ella se apoyase en la pared.

-Ya lo hago yo, que la lías.

Le ayudé a sentarse de nuevo y comencé a desvestirla, hasta que quedo desnuda. Me encantaba verla y más en estas condiciones. Pero noté que se tapaba lentamente y la enrolle en una toalla, para que de nuevo se sentase.

Me giré y comencé a llenar la bañera. Volví a girarme y sonreí. Era preciosa y era mía, solo mía. Se encontraba aferrada a aquella toalla como si le fuese la vida en ello, como si se le fuese a caer, tenía la cabeza agachada, aún así podía ver sus sonrojadas mejillas, tenia vergüenza y eso me encantaba.

-¿Lista?

Asintió y la ayudé a meterse en la bañera.

-Jesús.- Susurró.

-Dime.- Respondí.

-No te vayas, nunca.

-Jamas lo aré.- Besé su mejilla.

(...)

Había conseguido que aquel efecto desapareciera. Se encontraba vestida y sobria.

Me encontraba hablando con Mario, Emma se encargaba de la chica, parecía uy joven para estar con él.

Emma

Me tocaba la parte difícil, convencer a esa chica de que dejase de hacer eso.

-¿Pasa algo?- Preguntó con miedo.

-A penas te preocupes.- Asintió.- ¿Cómo te llamas?

-Adele.

-¿Cuántos años tienes?

-Dieciocho.

Me sorprendí bastante.

50 sombras de Danisu [Gemeliers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora