4. La llamada.

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Saqué mi manojo de tres llaves de mi bolsillo y cogí la llave de color azul metálico. Esa es la llave de mi despacho en la editorial de Imber.

La introduje en la cerradura con cuidado y la gira despacio tres veces. Entonces un "crack" sonó y significaba que la puerta ya estaba abierta.

La empuje hacia el interior del despacho y entre, dejando que la delicada puerta de cristal duro se cerrara detrás de mí.

Examiné con cuidado el contenido de mi estantería y decidí optar por el informe de mi mejor caso, un imitador que mató a dos personas y que fue arrestado después de encontrarlo borracho en un cubo de basura.

Fue un caso muy divertido, fue complicado de descifrar todas las pistas, y el encontrarlo se hizo como la búsqueda del "Santo Grial."

Cogí la carpeta con el caso y me senté en mi escritorio. Me gustaba repasar casos ya resueltos para recordar lo bien que me lo pasaba y olvidarme del aburrido silencio de mi oficina.

Era casi relajante.

Recuerdo que siempre que hago esto mis problemas parecen menores, y algunos, desaparecen de mi mente.

Normalmente leo los de mi despacho, pero por si lo que fuera quiero leer algún otro tenemos en la editorial una sala con una copia de todos los periódicos.

Volviendo a esta mañana, mientras me dedicaba a la lectura, oía a todos los periodistas y escritores corriendo para arriba y abajo para encontrar alguna noticia para la primera pagina, discusiones rutinarias, y llamadas a algunos periodistas para que fuesen a cubrir alguna noticia.

Entonces algo me distrajo. La puerta de mi despachito se cerró. Levante la cabeza y vi a mi mejor amiga, Maëlle Yannic, histérica.

Maëlle es bretona, procedente de una pequeña isla perteneciente a El Reino Unido.

Siempre suele ser nerviosa, pero esta vez la veía más nerviosa de lo normal. Ella se sentó en una silla enfrente de mí mientras gritaba mi nombre desesperada:

· ¡Laionel! ¡Laionel! ¡Oh, dios mío!

· Cálmate Maëlle. ¿Qué es lo que ocurre?

· ¿Recuerdas esa niña que desapareció la semana pasada y que tu compañero Gary cubría?

· Sí. Aun no se ha encontrado.

· ¡Pues resulta que si se ha encontrado! ¡La niña ha aparecido esta mañana en mi coche! La he llevado a comisaría y su familia se ha emocionado al verla. He ido a hablar con Gary pero dice que se niega a publicarlo porque ese caso ya no tiene relevancia. Por eso he pensado que tu lo...

· Espera, espera. ¿Melisa ha aparecido? ¡Eso es genial! Ahora mismo voy a...

Ring-ring. El teléfono me interrumpió. Ring-ring. Volvió a sonar. Esta vez lo cogí bastante sorprendida:

· ¿Sí?

· ¿Laionel Richy?

· La misma, Karly.

· Inspectora Miracle. Laionel tenemos una noticia para ti, y creo que te va gustar.

· ¿Dónde?

· En la avenida Airan, por la 3ª y 4ª con la calle December Lay. Hay un pequeño callejón, conectado con el alcantarillado principal.

· Sé donde está. Voy para allá.

Colgué y volví a marcar un número. Contestó una voz masculina:

· Señor Rufus. Tengo una noticia sobre la desaparición de Melisa Wells. Tengo una testigo, te la mando para que alguien lo publique.

Maëlle me miro eufórica y antes de que dijera nada yo ya estaba de pie, con mi mochila colgada del hombro derecho:

· Primer piso, tercera puerta a la izquierda. Es la puerta de Jewel Rufus, el director de la editorial. Él te dirá con quien tienes que hablar.

Justo al acabar de decir eso, me acerqué la puerta y le hice un gesto amistoso con la cabeza para que saliera del despacho.

Maëlle salió disparada de la sala y se dirigió a la escalera.

Yo la seguí pero más despacio, ya que me gustaba la idea de llegar de una pieza a la avenida Airan.


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