7. Informe forense.

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Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el teléfono fijo de mi oficina. Ese número solo lo tenía la comisaria, mi agencia de seguros y mis compañeros de la editorial.

Tardé unos minutos en reaccionar y coger la llamada:

· Reportera Laionel Richy.

· ¿Laionel?- pregunto la voz de Jerry.- Aquí hay una mujer con una placa que pide subir.

· Déjala que entre Jerry.

· Vale.

Colgué y seguí mirando la fotografía de Brice. Después la volví a dejar sobre la mesa y espere hasta ver a Miracle aparecer desde el ascensor. La observe mientras llegaba y entraba. Después de pedirle que se sentara y accediera, Miracle me comentó que ya había llegado el informe del forense Lee:

· Laionel, Lee ya nos ha dicho la causa de la muerte.

· ¿Cuál es?

· Narek Gevorg fue envenenado con Cianuro y Mercurio.

· Muchas molestias para un simple jefe de empresa textil.- Comente mientras tomaba nota.

· Sí. Y a la otra víctima, aparte de apuñalarlo, también lo envenenaron con las mismas sustancias. Pero lo curioso es que lo mató un golpe en la cabeza con un objeto contundente.

· ¿Es posible que Nicodème fuera el objetivo en vez que Gevorg?

· ¿Nicodème?

· Sí. Es de lo que quería hablar.- dije mostrándole la foto.- Este es nuestra víctima. Se llama Brice Nicodème, tenía 35 años y trabajaba en la empresa sobre la que escribí hace unos años. He hablado con el jefe, un viejo amigo, y me ha comentado que Brice le pidió quince días de vacaciones.

· ¿Alguna otra relación con el señor Gevorg?

· Que yo sepa, no.

· Puede que sí, que Nicodème fuera el objetivo. Pero, ¿para qué envenenar también a Gevorg?

· No lo sé. Puedo hablar con su jefe a ver qué encuentro sobre su relación.

· No. Dame su teléfono y lo haré yo.

· De acuerdo. Dije dándole el papel con el número.

Ella cogió el papel y se fue por donde había venido. A veces podía llegar a ser realmente maleducada. Pero si se creía que no guardaba copias de los números de mis clientes, estaba muy equivocada.

Volví a mi escritorio e investigué un poco los efectos del Cianuro y el Mercurio. Los dos eran venenos letales en dosis grandes. En dosis pequeñas, estos venenos pueden matar a la persona del mismo modo, solo que más lentamente. Ha habido casos de gente que estos venenos les dejo paralíticos ya que dejaron de tomarlo antes de que los matase.

En este caso, el veneno solo había obstruido las arterias en una de las víctimas. A la otra le atacaron al no poder darle más dosis de dichas sustancias. 


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