Empecé a abrir los ojos lentamente, mientras levantaba la cabeza para coger mi móvil y mirar la hora que era. Las 10:47.
Me levanté de la cama, me puse las zapatillas de estar por casa y fuí directa a la cocina para desayunar.
Abrí el armario que se encontraba encima del fregadero y de ahí saqué el colacao y un par de galletas, luego abrí el armario de alado en el que se encontraban las tazas y me cogí una, luego fui a la nevera para coger la leche y ya me senté en la mesa.
La verdad que no tenía mucha hambre pero, dicen que la comida más importante del día es el desayuno, debo hacer caso y hacer el esfuerzo siempre de tomarme algo.
En fin, ¿recordáis que ayer me dijo Álvaro "te quiero :)"? Pues desde ese momento no le hablo. No sé por qué.
No entiendo a qué vino, pero le dejé en visto y ahí se ha quedado la cosa. La verdad que me extraña bastante, es bastante raro.
Pero bueno, igual se refería en plan amistoso... buah, ni idea. Qué rayante todo.
Cuando miré la hora eran las 11:03 y decidí dar una vuelta por Madrid, sin rumbo a nada. Dar un paseo por la mañana me gusta.
Mientras daba vueltas me encontré con Antonio, ¡hacía mucho que no le veía! Estuvimos hablando de cómo había ido estos últimos días.
-Me ha ido todo bien, ¿y a ti?
-Bueno mal... -dijo, deprimido- hace poco que mi abuela murió y la verdad que le tenía bastante aprecio, era una de las personas más importantes de mi vida... pero tengo que pensar que allí arriba estará mejor -se le empezó a caer una lágrima de un ojo y yo directamente le abracé.
Terminamos de abrazarnos y decidí hablarle para animarle.-Lo siento muchísimo Antonio, son cosas que suelen pasar, todo el mundo tiene su final. Mis abuelos también murieron y ya lo pasé mal en su momento pero, con el tiempo el dolor se va yendo.
-Muchas gracias, Alba -me sonrió, mientras se secaba la lágrima -y ahora, ¿a dónde vas a ir?
-Pues a ningún lado, tan sólo estaba dando una vuelta.
-¿Qué te parece que comamos juntos? Así charlamos un poco, que apenas te conozco.
-Me parece bien. Pero a las 3:30 o así me iré a casa que he quedado con Ana para irnos de compras.
-Ah vale, sin problema; ya te acompañaré a tu casa si eso.
-No hace falta pero, como quieras.
Al final me acompañó hasta el portal y subí a casa, para poder prepararme antes de que Ana venga a buscarme para irnos a comprar.
Me cambié de ropa y luego mientras me estaba poniendo el maquillaje, llamaron a la puerta. Pero aún no era la hora, no sé qué hacía Ana ya.
-¡Ya voy! -grité.
Fuí corriendo a abrir a Ana y...
-¡SORPRESA! -gritó mi hermano y me abrazó.
-¡Jorge! -abracé más fuerte a mi hermano -¿qué tal todo?
-Bien, hace un par de horas que llegamos a Madrid, ¡me encanta! -me sonreía bastante - mamá está subiendo.
-Eso te iba a preguntar.
Y la vimos y se lanzó a mi a darme un abrazo y luego un beso en la mejilla.
-No te esperabas esto, ¿eh? -me dijo.
-Para nada -reí.
Terminamos de abrazarnos y les pedí permiso para que pasaran.
Mi hermano entró corriendo para observar toda la casa.
Caí en algo.
-Mamá, ¿cómo sabes dónde vivo?
-Hablé con tu amiga, Ary.
"Amiga".
-Ah, bien.
Y de repente entró Ana.
-Hoooola -dijo un hola alargado, mientras miraba a mi madre - soy Ana, ¿tú eres...?
-La madre de Alba -le decía mientras le daba dos besos.
-¡Ya decía que os parecíais! -sonreía Ana -bueno, ¿podría venirse conmigo a comprar o...?
-¿Alguien ha dicho comprar? -apareció mi hermano de repente.
-¿Te gusta comprar? -me extrañaba.
-Depende el qué...
-Es ropa, Jorge -reí.
-Entonces nada, y vió la tele que tenía en el cuarto de estar y se tumbó en el sofá.
-Bueno, pues Alba, nosotros nos vamos ya, luego cuando termines me llamas y te digo la dirección de nuestra casa y te vienes a cenar.
-Vale mamá -le dí un beso y luego a mi hermano -¡Os quiero!
Y nos fuimos rumbo al centro comercial.