¿Sabéis ese cuarto de hora que me quedé pensando? Pues bueno, decidí hacer una cosa, que sé que no tengo que hacer pero... Es mi única solución ahora mismo.
Como aún eran las 10 y poco, me fuí cogiendo mucha ropa del armario, cargador del móvil, tarjeta bus ... Bueno, las cosas importantes que te llevas a un viaje.
Cuando me preparé todo, cogí también un poco de comida, creo que me vendrá bien. Me quedé un momento observando la puerta de mi casa, y decidí abrirla... Y salí de aquella casa.
Fuí andando hacia la plaza y miré a ver cuánto quedaba para el siguiente bus. 6 minutos, bueno, podré esperar.
De repente, escuché mi nombre, me dí la vuelta y ví a Albichu. Vino cirriendo hacia mí.
-¿A dónde vas?
-Lejos de aquí.
-Alba, ¿qué dices?
-Lo que escuchas Albichu. Me voy.
-¡¿Pero cómo que te vas?! Alba, ¡¿A dónde?!
-Ya te lo he dicho, por favor Albichu... vete.
-No me voy a ir hasta que me digas a dónde coño vas.
Tarde. El bus ya venía con que me levanté, y cuando iba a cojer el bus; me dí la vuelta.
-Hasta la próxima.
Y subí al bus. Vi a Albichu cómo se quedaba, con esa cara triste, sin saber qué hacer. Pero no podía hacer nada. Me iba lejos de aquí, bastante.
Tendría muchas posibilidades de verla, no sé por qué se tiene que poner así de mal, me voy lejos, ¿pero? Me puede venir a visitar cuando quiera, aun que no sé exactamente a donde voy; y la policía seguramente me busque pronto...
Me iba a Madrid.