Querido John:
Me encantaría decirte
Que con un perdón
No se puede reparar el dolor sufrido.
Yo soy el vaso de vidrio
Tú, la mano que deja caer el vaso.
Cuando me dejas caer, no vuelvo a ser la misma.
Porque un vaso de vidrio no queda igual después de romperse.
Aunque trates de remendar el vaso de vidrio jamás ni nunca vuelve a ser igual.
Imagínate que cada vez que me tratas mal, es cuando dejas caer el vaso.
El vaso cae una y otra vez.
El vaso cada vez se rompe
Más y más...
Imagínate que tan rota estaré yo por dentro.