3.
—Este es tu puesto —me indicó Simone, señalándome una esquina de la mesa.
En ella también estaban sentadas unas cuantas personas más, quienes no me quitaban la vista de encima.
Una anciana de más o menos setenta y cinco años, una mujer de treinta junto al que supuse sería su esposo, y más allá una chica seguramente de mi edad.
Ella me miraba fijamente, con el ceño levemente fruncido. Molesta tal vez, no sabía, pero estaba segura de que yo no era de su agrado.
También había un hombre de unos cuarenta, y se paseaba una mujer de unos veinticinco años de un lado a otro.
—Tom, tú siéntate al lado de Vanesa —dijo Simone, y él aceptó en silencio. En aquel momento, pude darme cuenta que aquella expresión molesta en la chica de cabello rubio era por mí.
Me comió furiosa con la mirada cuando Tom se acercó a mí. Sus mejillas ardieron, no comprendí la razón. No parecía avergonzada, tampoco nerviosa. Quizás estaba molesta, así que supuse que Tom le gustaba.
—Tom —susurré mientras lo miraba disimuladamente, él se volteó para quedar frente a mí—. Esa chica... ¿Quién es?
Con descaro él la miró directamente a la cara. Yo intenté mostrarme concentrada en otra cosa para que la chica no notara que estábamos hablando de ella, pero definitivamente no dio resultado. Ella lo supo.
Tom rió y se acercó a mi oreja para hablar.
—Es la hija adoptiva de mi tía. Media prima. Pero siempre me ha parecido un poco extraña —susurró seriamente—. Veo que está mirándote feo. De seguro te odia —rió bajito y se acomodó en su silla.
Simone llegó a los minutos con un enorme plato de pasta. Nos dejó los nuestros para luego continuar sirviendo a los demás.
Tom no demoró demasiado en comenzar a comer, llevándose el tenedor a la boca.
Yo los imité con algo de nervios. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había comido con la familia de Tom. Y con familia me refería a Simone, Gordon, Bill y él. Aunque Bill no estaba nunca, de hecho, no lo había visto demasiadas veces en mi vida, así que realmente no contaba demasiado.
Entre risas y risas se encontraba uno de los tíos de Tom, que parecía decir cualquier cosa que pasara por su cabeza y hacía reír a todos los demás. Yo no solía compartir con tantas personas, pero no iba a negar que fuera bastante agradable hacerlo. El resto de mi familia vivía en Berlín y algunos se repartían por el país, por lo que no solía tener mucho contacto con ellos ni muy buenas relaciones.
Cuando Tom se preparaba para su segundo gran plato, unos golpes en la puerta nos interrumpieron a todos.
—Bueno, bueno... —La voz grave de Gordon nos hizo levantar la mirada. Él apareció con un enorme bolso sobre el hombro y una sonrisa de oreja a oreja que logró contagiar al resto—. ¿Estamos todos aquí para comer o para celebrar el regreso de mi hijo? —preguntó alzando sus brazos... a Tom se le iluminaron los ojos—. Ven aquí, Tom.
Así mismo lo hizo él. Caminó medio nervioso hasta donde estaba Gordon, y cuando estuvo a un metro de él se lanzó a sus brazos como un niño pequeño. Una ola de ternura me golpeó fuertemente al verlo así, colgado del cuello de Gordon, emocionado. Fue cuando me di cuenta que después de todo, interiormente Tom no había cambiado mucho. Seguía siendo muy sensible y emotivo, con la única diferencia que había aprendido a contenerse. Ahora era más fuerte. Pude notar que odiaba mostrarse tan sensible delante de las personas. Era comprensible.
![](https://img.wattpad.com/cover/5960065-288-k705713.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un Juego de amigos [Versión Extendida].
Teen FictionDeseando nunca haber permitido su separación, Vanesa estaba arrepentida por haber dejado que Tom se marchase con lo que ella más necesitaba. Sus sentimientos parecían haberse perdido hasta la noche en que su amigo regresó de París para devolvérselo...