Capítulo 23

19.1K 696 23
                                    

23. 

La tarde transcurrió como lo habíamos planeado. Pedimos algo de comer y conversamos hasta altas horas de la noche, tal y como hacíamos en los viejos tiempos. Hacía mucho no nos reuníamos con nuestros amigos, y era grato tener un lugar cómodo en donde no molestábamos a nadie.

Sentí el brazo de Tom pasar por mis hombros y me miró de reojo con una sonrisa. Supe que pensaba lo mismo que yo acerca de esa situación.

Vi que Natalie le daba un largo sorbo a su trago y le insistía a Georg para que bebiera un poco más. Él se veía lo suficientemente mareado para no querer mas.

Cuando miré la hora, eran cerca de las once. Por eso me sorprendió tanto cuando golpearon la puerta insistentemente.

Tom quiso levantarse, pero también estaba demasiado borracho como para atender, así que lo retuve y fui rápidamente para poder abrir.

El rostro sonriente de Bill me pareció cómico, pero cuando me percaté que justo atrás de él estaba la prima de Tom, cualquier rastro de calma se borró de mi cara.

—Vanesa —me saludó el hermano de Tom. Su abrazo apretujado llegó de inmediato, y no me dio mucho tiempo antes de empujarme con su cuerpo hasta el interior del departamento.

Astrid se quedó en el mismo lugar, sin moverse ni un centímetro.

Pude ver que tenía la parte superior del labio magullada. Lugar en donde también había impactado mi puño.

Tom miró desde su lugar y su rostro de sorpresa era para enmarcar.

—¿Pasó algo? —pregunté cuando Bill se hubo apartado de mí.

—¿Acaso tiene que pasar algo para que quiera venir a visitarlos? 

Yo lo miré con los ojos entrecerrados y él se encogió de hombros. Era un mal mentiroso, pero no le dio más relevancia y se dio la vuelta para tomar a la rubia del brazo para obligarla a entrar. Ella se resistió un momento, pero finalmente terminó dejándose guiar y Bill cerró la puerta.

Noté que Tom hizo el intento por acercarse a nosotros, pero estaba demasiado borracho para entender si quiera. El resto ni siquiera prestó atención a lo que estaba pasando.

—Bill —insistí.

Miré de rojo a Astrid y ella bajó la mirada de inmediato. Yo esperé de brazos cruzados una respuesta.

—Está bien. Estábamos pasando por aquí y decidimos pasar a saludar. Astrid tiene que hablar contigo.

Yo fruncí el ceño y Bill nos abandonó de inmediato. Corrió hasta donde su hermano y le arrebató la cerveza entre sus manos para beber. 

Yo me vi atrapada en una situación bastante incómoda. La rubia se miró las manos y luego tomó un profundo respiro para armarse de valor y clavarme la mirada.

—Quería hablar contigo —dijo con voz temblorosa.

—Así veo —murmuré—. De qué.

—Mañana me voy —empezó. Yo hice un gesto con mis hombros, demostrando lo poco que eso me importaba—. Quería despedirme y disculparme.

Unas risas estruendosas nos interrumpieron.

Miré al resto, demasiado absortos en su conversación. Tom parecía luchar para ponerse de pie y venir en mi rescate, o bien en el de su prima, pero Bill lo jalaba de vuelta hasta su asiento. 

—Ven. —Le hice un gesto con la mano y caminamos hasta otro sector un poco más aislado y silencioso, esperando que así tuviésemos un poco más de privacidad.

Un Juego de amigos [Versión Extendida].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora