CAPÍTULO 11

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@AndreaVillalbaDoming premio, parece ser que tengo a dos seguidoras en lucha por ver quien es la primera en votar los nuevos capítulos, pues en el anterior fuiste tu, gracias.

Retiró un mechón de su cabello para poder observar completamente el rostro de Kate. Esta estaba acostada de lado, frente a él.

Se movió, colocando uno de sus brazos doblado bajo su cabeza, alargó la mano y rozó muy suavemente la mejilla de su acompañante. Un simple roce con las yemas de sus dedos.

La había notado moverse durante toda la noche. Cambiaba de postura una y otra vez. Suspiraba y sollozaba, de forma casi inaudible para no despertarlo.

Sin embargo, él estaba despierto pero no quería incomodarla, así que en silencio se acercaba más a ella, pegando sus cuerpos y la abrazaba para luego dejar un beso en su mejilla. Kate le devolvía el abrazarlo, y poco a poco se fue tranquilizándo hasta quedarse dormida entre sus brazos.

Se acostó boca arriba en la cama, observando el techo de su habitación mientras pensaba. Tenía que hacer algo, no iba a quedarse de brazos cruzados.

Más tarde llamaría a su abogado y le contaría la situación. Él podría informarle y aconsejarle qué podría hacer respecto al envenenamiento del caballo de Kate.

Notó un cierto cambio en el colchón, de nuevo Kate se estaba moviendo y para su sorpresa, lo hizo para acomodarse sobre su pecho, entrelazando sus piernas con las de él. Cuando Beckett hubo encontrado la postura adecuado, rodeó su cintura con una mano y besó su cabeza.

Esta suspiró y se removió sobre su pecho.

Pensó en lo idiota que había sido en su forma de actuar en esa última semana respecto a Beckett.

Respiró profundamente, llenado y vaciando sus pulmones por completo. Eso tampoco podía dejarlo pasar.

-Buenos días -susurró una adormilada Kate sin separarse del pecho del escritor.

-Buenos días. -La saludó con la nariz arrugada, pensaba que estaba dormida. -¿Has descansado algo? -le preguntó, acariciando su brazo con la mano que no estaba en su cintura.

-Sí, gracias. Siento no haberte dejado dormir apenas. -Se disculpó, girando el rostro lo suficiente como para poder mirarlo a los ojos.

-No te preocupes por eso. -Le sonrió con ternura. -Lo importante aquí es que tú estés bien.

Kate se perdió unos segundos en sus ojos para luego volver a la postura inicial, pero con un pequeño cambio, esta vez, escondió su cara en el cuello del escritor. Este se estremeció cuando los labios de Kate tocaron la piel de su cuello y sintió su aliento chocando contra su piel.

Esta sonrió tímidamente cuando se dio cuenta de lo que había provocado en él con algo tan inocente como ese movimiento. No lo había hecho a posta.

-¿Tienes hambre? Ayer no comiste nada en toda la tarde ni tampoco cenaste. -Le dijo en un leve tono de reprimenda.

-¿Me espías? -preguntó, irguiéndose, colocándose bocabajo en la cama, apoyándose sobre sus codos.

-No, solo me preocupo por ti.

Alargó su brazo y le retiró el pelo que había caído sobre su cara al cambiar de posición. Kate no pudo evitar esconder la tonta sonrisa que había curvado sus labios al escuchar lo último dicho por el escritor.

¿O si no que?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora