CAPÍTULO 1

1.3K 68 6
                                    

Muchas gracias por confiar en mi a la hora de publicar historias, en esta en concreto necesito que vuestros comentarios sean como os pedí en el prólogo, es decir, necesito que comenteis la historia, si os ha gustado, si no también, argumento, escenas, cualquier cosa que le diga a la autora si la historia os esta gustando o no.
Muchas gracias.

-¡No lo soporto! -Bufó, exasperada. -Se cree un sabelotodo y ¡no sabe nada! Es un niñito pijo de ciudad que no lleva aquí ni dos días y se piensa que puede decirme cómo hacer mi trabajo. -Dejó caer sus brazos con fuerza sobre sus piernas. Se mordió el labio inferior con rabia, cruzándose de brazos.

-Katie, cariño -su madre se acercó y le acarició ambos brazos con sus manos, intentando calmarla -, dale tiempo. Él, por sí solo, se dará cuenta de que está equivocado.

-Sí, -su padre se acercó a ambas -y ten en cuenta de que él es el nuevo dueño de todo esto y que podría echarnos cuando quiera.

Kate suspiró. Lo sabía, sabía que él tenía todo el poder y, si no la había mandado bien lejos ya, era por su padre, porque nadie mejor que ella sabía lo importante que eran esas tierras para él y el cariño que les tenía.

-Voy a intentar sacar la paciencia que no tengo. -Dijo, mirando alternativamente a sus padres. -Pero cómo me vuelva a dejar como una inútil... no respondo.

Vio cómo su padre se marchaba de la habitación y se sintió culpable por hacerle pasar por aquello, pero, es que, ese tal Richard Castle la sacaba de quicio. Apretó los puños con fuerza, lanzando un bufido.

XXX

-¿Dónde te has metido? Te he estado buscando. -Kate sonrió, forzadamente.

-Estaba en mi turno de descanso, ¿no? Hasta donde yo sé no tengo que darle explicaciones sobre lo que hago en ese tiempo.

-Una falsa sonrisa volvió a aparecer en su rostro, para, así, intentar que no sonara tan duro lo que acababa de decirle.

-Oh, por favor, tutéame. Ya te lo he dicho unas cuantas veces. -Se tragó un "pero yo a ti no". Siguió su camino mientras él la seguía. -Tienes razón, no tienes que hacerlo pero... -titubeó y, eso, hizo que Kate se parara y se girase para mirarlo. Era la primera vez que dudaba desde que se había presentado en la finca como nuevo dueño de todo aquello.

-¿Pero? -insistió, cuando las palabras se ahogaron en la boca del escritor antes de ser pronunciadas. Se cruzó de brazos y alzó una ceja. -Estoy esperando -le informó, ladeando la cabeza.

-¿Eres tan borde con todos o solo conmigo? -Kate rio entre dientes. Ahora era él el que esperaba la respuesta de ella con impaciencia.

-Digamos que... -suspiró, era la oportunidad perfecta para decirle más de una cosa. Él mismo se la había ofrecido en bandeja, pero su padre apareció en sus pensamientos, haciendo que dejase de mirarlo a los ojos para mirar los árboles que estaban a su lado derecho.

¿O si no que?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora