" Tenemos que hablar"

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Te despierta un timbre. Ruidoso. Molesto.
Estás tumbada en el sofá junto a Jared, los dos os sobresaltáis por el ruido y él coge tus piernas para quitarlas de encima de las suyas y dirigirse a la puerta.

Esperas que no sea nadie importante, tus pintas no son las más adecuadas para recibir a alguien ahora mismo.

Jared abre la puerta con determinación sin preguntar ni echar un vistazo por la mirilla.

- ¡ Hola! - Alice entra en casa sin preguntar y cargada de bolsas.

- Ei tío - Alex le acompaña y saluda a Jared antes de dirigirse a la nevera y coger unas cervezas.

- Me he permitido el lujo de compraros unas cosillas para la fiesta de esta noche que prepara Grant - Alice parece muy emocionada - Esto es mio, esto de Jared - le tiende una bolsa a Jared que la mira con sorpresa - esta de Alex y la última para ti.

Abres la bolsa y dentro hay una preciosa falda de cuero y una camisa blanca con unos adornos en negro. Te encantan y le agradeces a Alice que haya decidido por ti. Te gusta escoger la ropa para los demás, es tu trabajo, pero odias escoger la tuya.

Os pasáis toda la tarde bromeando mientras os arregláis y vestís para la fiesta. Los chicos son los primeros en acabar: Alex lleva una camisa tejana que le sienta genial y Jared, una camisa de cuadros roja con la que Alice ha dado en el clavo.

Finalmente salís de tu cuarto y, por la cara que los chicos ponen, crees que ha merecido la pena tanto rato de maquillaje y peluquería. 

- ¡Madre mía! - dice Alex - Estáis preciosas chicas, vais a tener que quitaros a un montón de tios esta noche de encima - bromea

Alex se dirige a Alice y le tiende un brazo para que se agarre, cada vez esconden menos su más que evidente romance. Jared se acerca y te dice lo guapa que estás antes de cerrar el piso y dirigiros, entusiasmados, a la fiesta.

Vais en el coche de Alice a toda velocidad y a medida que os acercáis al lugar de la fiesta lo empiezas a reconocer. El hotel donde pasaste uno de tus mejores días, en la habitación de Grant, ahí debe ser la fiesta. Ni se te había pasado por la cabeza que la fiesta la podría dar allí. 

Un empleado del hotel os dice que la sala al final del primer piso es a la que os debéis dirigir. Empiezas a ver caras conocidas y una mano te toca el hombro delicadamente, te giras y te encuentras con Emily, preciosa como siempre y muy contenta. A su lado está Stephen con una sonrisa radiante.

- ¡Hola! ¿Hace mucho que habéis llegado? - dice Emily mirando a Jared desconcertada. 

- No, acabamos de llegar ... Este es Jared - sabes que Jared está deseando que lo presentes a Emily - Estos son Emily y Stephen. - Jared los saluda tímidamente y se queda mirando a Emily concentrado. 

- Encantada Jared... Te robo un momento a tu ¿amiga? - dice antes de cogerte del brazo y apartarte del gentío. Ves como Stephen y Jared se dirigen a la barra a pedir algo, como si se conociesen de toda la vida - ¿Jared es tu novio? Porque creía que estabas con Grant ¿ O he metido la pata? 

- No - dices divertida viendo como Emily se agobia ante la situación - Jared es mi compañero de piso, Grant me dijo que lo podía invitar ... Además, Grant y yo no tenemos nada...

- No hace falta que lo ocultes, he estado hablando con Grant antes y a mi es imposible mentirme. Creo que para él esto está siendo muy difícil, parecía agobiado... Bueno, te dejo... Por cierto, Jared no está nada mal para ser solo un compañero de piso. 

- Dile eso a él, estará encantado de oírlo. Le encantas. 

Ves como Emily se aleja buscando a Stephen y a Jared y eres consciente de que hay más gente de la que esperabas. Ves a Carlos, a Candice y Dannielle, a Rick en una esquina como aburrido, a los maquilladores que parece que ya llevan alguna copa de más, a Tom Cavanagh hablando con Alice y Alex....

Ves a Grant entre la gente como un cazador a su presa, como un buscador de oro detecta una pepita en lo más profundo del río. Reluce y llama tu atención. Lo ves acercarse entre la multitud y te da la sensación de estar solos.

- Hola preciosa ¿Me acompañas? - dice demasiado misterioso

Os dirigís, sin que nadie se de cuenta, a un cuarto pequeño donde parece que se guardan provisiones de limpieza. Es el sitio más raro que podía haber encontrado, pero el calor de su cuerpo te hace olvidarte de todo. Una vez cerrada la puerta empiezas a besar su cuello y sus labios, llevas toda la noche pensando en eso y un calor recorre todo tu cuerpo, deseas su cuerpo, sus besos, le quieres entre tus piernas.

Tus manos buscan buscan con ansia el cinturón, los botones o cualquier cosa que haga que esos pantalones sigan puestos. Estás muy excitada, pero Grant no responde a tus besos, a tus caricias. Paras en seco y le miras sorprendida.

- ¿Que pasa? - tu cara debe ser la perfecta definición de sorpresa. Sabes que está deseándolo, lo notas, su cuerpo reaccionaba a tus caricias, pero algo va mal. 

- Lo siento. No sabes cuanto me gustaría hacértelo aquí y ahora, pero no te he traído para esto - dice con un semblante que nunca le habías visto, como de decepción y tristeza. Se coloca la camisa y abrocha el pantalón ante tu atónita mirada antes de pronunciar una frase que te hace revolver el estomago 

"Tenemos que hablar "





Tus días con Grant GustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora