Difícil elección (Parte 1)

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Llevas días dándole vueltas a lo que parece ser una de las decisiones más difíciles que has tomado nunca. Peor que cuando decidiste si preferías un perro o un gato, peor que cuando decidiste que estudiar e incluso peor que cuando vuelves a tu hamburgesería favorita y no sabes que escoger de la carta. 

Decidir entre Jared y Grant es difícil. Estas completamente confundida porque te aportan dos cosas completamente distintas. 

Jared te hace sentir sexy, deseada y  te lo pasas realmente bien con él. Es el chico perfecto que todas tus amigas desearían tener  a su lado. 

Grant te aporta seguridad cuando estáis juntos, desde el primer momento has sabido que había una conexión especial, no os hacen falta las palabras para hablaros y los silencios son preciosos a su lado. 

Nunca te habías sentido así por una persona, es complicado reconocerlo, pero es así.

«¿Por qué no puedo quedarme con ambos?» piensas sentada en a los pies de tu cama y con un tazón de chocolate en tus manos, que siempre ayuda a pensar.
En los últimos días casi ni te has cruzado con Jared en casa. Has evitado las cenas juntos, cruzártelo por el pasillo, pedirle el bote de los cereales (siempre lejos de tu alcance en la estantería) e incluso has evitado hablar de él con Alex. Te has dado cuenta de que eso significa algo y que necesitas aclarar las cosas cuanto antes. Es una decisión muy difícil y puede que te estés equivocando, pero hoy por hoy es lo que realmente todos tus yo interiores quieren.

Está claro. Necesitas hablar con Jared.... y con Grant.

Esa misma tarde, después de un largo  día en el set de rodaje, decides enviarle un mensaje a Jared:

»» Hola! Te hace una cena en casa esta noche? Yo me encargo de todo. Necesito hablar contigo

«« Claro. Podemos aprovechar que no está Alex y hacerlo en el salón....

»» No creo que sea buena idea... luego te cuento. Hasta luego!

Empiezas a pensar en lo difícil que va a ser hablar con Jared, en lo difícil que va a ser contener tus ganas de besarle, de que te toque y de tocarle. Pero tienes que ser fuerte.

Antes de llegar al piso pasas por el supermercado y compras pasta, algo de carne y un buen vino blanco que te gusta más a ti que a él. Pero ya hay cerveza en casa.

Tienes que reconocer que no estás segura de tu decisión final. Pero a veces hay que ser un poco egoísta en la vida y pensar en lo que verdaderamente quieres y, sobretodo, ser feliz.

Tus días con Grant GustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora