El secreto de los helechos

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Tu móvil está continuamente a tu lado, no dejas de pensar en que Grant puede escribirte nuevamente en cualquier momento, pero sin una respuesta por tu parte, va a ser difícil retomar esa amistad, relación o simplemente el sexo que había entre los dos.
Alice y los chicos siguen entusiasmados con el fin de semana y deciden hacer un poco de excursionismo cerca del lago. El sol acariciando tu cara, el viento soplando entre tu pelo y el olor a tierra mojada intentan evadirte de tus problemas sin éxito. Sigues pensando en el mensaje de Grant y su repercusión.
Los chicos han decidido seguir por un pequeño sendero de tierra que según Alice lleva a uno de los lugares más bonitos que existen, un lugar que nunca llegas a ver durante esa semana porque decides quedarte en el pequeño claro que precede al camino. Sola y en silencio, buscando una respuesta entre las hojas de los arboles y los helechos que te rodean.

Pasados un par de minutos oyes un crujido detrás de ti y te giras sobresaltada. Afortunadamente descubres que es Jared que te contempla nuevamente desde su altura.

Te levantas del suelo mojado intentado acortar la distancia que os separa y observas su rostro compungido.
- ¿Te ocurre algo? - dice mientras te recoge el pelo detrás de la oreja.
- No, estoy bien, solo un poco cansada. Me quedo aquí, puedes volver con ellos - dices señalando el sendero.
- Tranquila, los he perdido intentando buscarte y creo que va a ser difícil encontrarlos - te dice intentando quitarle importancia. Tras unos segundos vuelve a preguntarte sobre tu estado de ánimo - ¿ Es por lo de anoche? Tienes dudas....
- Si... - dices apartando la vista de su cara - No eres tu, se que puede sonar a tópico pero es cierto.
- ¿Pero...?
- Pero hoy he recibido un mensaje de Grant diciéndome que lo siente y que me hecha de menos... No se que hacer Jared, estoy confusa - sabes que a él no puedes mentirle y decides soltarlo todo desde el principio.
- ¿ Le quieres? - dice Jared con esfuerzo para pronunciar esas palabras.
- Le aprecio y me gusta, mucho, pero también estoy muy enfadada con él. Además - dices para acabar de sincerarte - ya no solo es cosa de dos, ahora mismo hay otra persona por la que siento algo y no se que es. No quiero hacerte daño.

Jared te coge las manos delicadamente y se pierden entre las suyas.
- Yo también me he encontrado con alguien que no esperaba y por la que también siento algo confuso, pero es demasiado pronto. Por mi parte, de momento, no hay nada más que dos amigos que se divierten juntos y se que por tu parte también - asientes y le mirad a los ojos- cuando llegue el momento de hablar de sentimientos, lo haremos, de momento, y mientras te decides, podemos seguir divirtiendonos.

Una sonrisa empieza a aparecer en tu cara, la respuesta no es la que esperabas pero si es una muy buena respuesta. Tu mirada se desvía hacia arriba, miras a Jared y esa conexión vuelve a aparecer.
Te besa apasionadamente y tu piel se eriza. Te acaloras con rapidez y pronto no puedes quitar tus manos de encima, sin embargo, Jared es quien tiene las riendas de la situación esta vez.
Te besa el cuello mientras te quita la chaqueta, ya no sentís el frío que os rodea y solo se escuchan vuestras respiraciones en medio del bosque. Poco importa el lugar en el que estáis, incluso lo hace más excitante.
Un escalofrío recorre tu cuerpo cuando empieza a morder tu oreja derecha, por su reacción notas que no esperaba que aquel pequeño mordisco pudiese ponerte tanto, pero así era. Lo repite y empiezas a notar como te humedeces. Sus besos van bajando por el cuello hasta el principio de tus pechos que se tensan.

Está mucho mas salvaje esta vez y se nota cuando te apoya contra uno de los anchos arboles que os rodean. Te coge los brazos y los levanta por encima de tu cabeza quedando pegados al tronco del árbol y sujetos por una de sus enormes manos. La otra, empieza a desabrochar tus tejanos y mueves tus caderas hacia delante buscando el contacto. Esa mano que tanto a recorrido, por fin llega a su destino y empieza a bailar una danza entre tu ropa interior. Sus dedos y tu clítoris se llevan estupendamente y por nada del mundo eso podría mejorar ahora.
Su mirada salvaje te pone a cien cuando te observa antes de volver a morder tu oreja. La combinación perfecta.

Suelta tus brazos mientras con la otra mano continua su tarea. Se te hace muy difícil concentrarte en sus pantalones pero consigues desabrochar el botón y bajar la cremallera que capturaban a la bestia y que empiezas a tocar con habilidad.

Poco después os unís y Jared te empuja contra el tronco del árbol hasta que llegáis al orgasmo y caéis rendidos, sentados junto a los helechos.

Tus días con Grant GustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora