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―¡Ridículo! ¡Esas son estupideces, Terry! Espero que no creas que me lo trague porqué no lo haré. No vengas con eso de que la quieres mucho, que ni siquiera tú lo crees.― Exclamó George, sintiendo la furia viajar por sus venas, a la par que apretaba los puños hasta que los nudillos se le tornaron blancos, necesitaba golpear algo y pronto.

―¡La amo, George! Te duela o no, lo hago. Y lo hice por su felicidad, no por ti, ni por mi. Si no puedes aceptar que haya otra persona que la quiera pues lo siento porque tendrás que lidiar con eso. ¿Lo entiendes? Sino, tendremos un problema.― Masculló Terry, irritado por la reacción del otro chico. Dispuesto a alejarse, dio la media vuelta y camino una zancada, cuando George lo tomó del codo y susurró:

―Esto no se va a quedar así.

―A mí me parece que sí.― Afirmó, para después zafarse del agarre del castaño y retirarse.

George estaba confundido, no entendía nada de lo que acababa de pasar, además de que le cabreaba la idea de que alguien más que no fuera él, sintiera algo por Liz, es decir, ella era hermosa y tampoco es que fuera extraño, es solo que, una sensación alarmante se formuló en su pecho. Se sentía... ¿amenazado?

N/A: Esto ya casi llega a su fin. :( Lo sé a mi igual me duele. Es solo que me parece que ya es hora de dar fin, lo más probable que es la termine antes de mi cumpleaños y eso es en 23 días. En fin, una disculpa por no actualizar, dedicaré el capítulo a la primera persona que comente, ¿les parece?

Los quiero millones, muchísimas gracias por seguir la historia, no tienen idea de lo mucho que lo aprecio, enserio.

Nos leemos mañana (esta vez es verdad).

-N


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