Capítulo 3.

373 29 0
                                    

Más tarde, aquella misma noche en el bosque, Gabriel apareció de entre los árboles para encontrarse con su fiel amigo Isaac.

Este se incorporó, ya que estaba sentado en una gran roca.

- Has tardado, como siempre, ¿Acaso no oíste mi llamada?

- Solo llego puntual cuando me interesa.- Contesto Gabriel mientras alzaba la cabeza para ver el estrellado cielo.

- Qué gracioso.

- La próxima vez llámame con el teléfono.

- Es más divertido de la otra forma.

- Y más peligroso.

Isaac se sacudió, y Gabriel pudo ver como su amigo adoptaba una postura tensa e incomoda.

- ¿Qué ocurre?.- Preguntó

Dejo de observar el cielo para fijarse mejor en su amigo.

- Ser humano es odioso, uno tarda en acostumbrarse, no es fácil pasar de tener cuatro patas a solamente dos.

Gabriel dejó escapar una sonora carcajada.

- ¿Enserio Isaac? Pues más te vale acostumbrarte, porque hay que pasar desapercibidos.

- Callate, mejor no me lo recuerdes.- Hizo una pausa para observar la luna.- ¿Cómo esta tu familia?

Volvio a fijarse vista en el cielo.

- Bien.- Contestó de manera cortante.

Isaac comprendió enseguida que no quería hablar de ellos, así que se le ocurrió algo divertido.

- Hoy hay luna llena, ¿Hacemos una carrera hasta el claro?

- No creo que sea buena idea.- Comento.

- ¿Por qué? No pasará nada.

- Isaac, ya sabes que con la influencia de la luna somos mucho más fuertes y rápidos, podemos llamar la atención.

- ¿Y que? No creo que se den cuenta, los humanos duermen a estas horas. Venga, anímate un poco, o será que lo que te preocupa es que te gane.

Gabriel sonrió entre dientes ante la chulería de su amigo.

- Qué me hayas ganado una vez no significa que me hayas ganado siempre.

- Pero te gane por goleada.

- Isaac había nevado y el suelo resbalaba, me caí desde lo alto de la montaña hasta el río, acabe con un constipado que me duro semanas.

Su amigo agitó la mano para restarle importancia.

- Excusas excusas, te gané y punto.

Gabriel negó con la cabeza divertido, estaba claro que su amigo no cambiaba.

- Esta bien, hagamos la dichosa carrera.- Aceptó al fin.

- Ese es mi amigo.

Isaac se dispuso a transformarse pero Gabriel le detuvo antes.

- Espera, si gano me invitaras a un menú completo.

- Vale, y si tu pierdes me invitas a mi.

Isaac no le dejo tiempo a su amigo para contestar, en el momento en el que acabó la frase se transformó y se adentro por el espeso bosque.

Gabriel río divertido y pego un salto propio de una criatura sobrenatural, en el segundo en el que estuvo en el aire se transformó, y el impacto al posar sus patas en el suelo hizo que algunos árboles temblaran.

La luna escarlata. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora