Capítulo 18.

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Cuando Scarlet entró a la cabaña de su abuela, deseo dar media vuelta y  volver con Gabriel, huir de las consecuencias era el camino fácil. Pero aun así, se armo de valor y caminó hacia el salón. 

Vio a su abuela sentada cerca de la ventana, tejiendo, pero ni siquiera miraba la lana, pues su vista no se apartaba del cristal. 

- ¿Abuela?.- Preguntó preocupada. 

Esta dejo de mover sus manos y pudo mirar a su nieta, rápidamente se levantó y fue a abrazarla. 

- ¡Cariño! ¿Dónde has estado? Nos tenias muy preocupados. 

Scarlet le devolvió el abrazo, lo necesitaba, por lo menos sabia que su abuela no estaba enfadada con ella, y aunque sabía que con su madre no iba a ser igual, prefirió no pensar en ello en ese momento. 

- Lo siento mucho abuela.

Susan negó con la cabeza mientras se alejaba de ella, le acarició las mejillas y la inspecciono para cerciorarse de que no estaba herida o algo peor. 

- Lo importante es que estas sana y salva, ven siéntate, voy a llamar a tu madre para decirle que estas aquí. 

- ¿Dónde esta ella?.- Quiso saber. 

-  Buscándote cariño. 

La abuela se dirigió a la cocina y Scarlet aprovechó para buscar su teléfono móvil. Anoche, cuando había salido corriendo de la casa, se le debió de caer en el sofá, pues mas tarde lo buscó y no estaba en ninguno de sus bolsillos, y tenía la esperanza de que estuviera allí y no en el bosque. Efectivamente estaba en lo cierto, lo pudo ver junto al cojín, donde anoche estaba sentada. 

10 llamas de su madre y 5 de Mery, al tenerlo en silencio nadie se percató de el. Marcó el número de su amiga. 

- ¿Scarlet?.- Descolgó Mery. 

- Si, soy yo.- Respondió en un susurro, no quería que su abuela la oyese. 

- ¡Donde has estado!.-Gritó al reconocer su voz.- ¿Qué ha pasado? Tu madre me llamo muy preocupada, me pidió que si te veía la llamara de nuevo. 

- Lo siento Mery, me deje el teléfono en casa de mi abuela y no tenía como llamarte.- Se disculpó.

- ¿Pero que ha pasado con tu madre? Nunca me había llamado para algo así, ¿Has pasado la noche fuera? 

- Si, pero no puedo explicártelo ahora. 

- ¡Ni se te ocurra Rose!.- Exclamó enfadada.- No puedes dejarme así, me lo tienes que contar todo. 

- Y lo hare Mery, pero de verdad, créeme cuando te digo que ahora no puedo.

Mery se quedo en silencio unos segundos, algo la decía que no le quedaba otra que esperar, porque lo que pasaba era serio. 

- Vale, pero, ¿Estas bien? ¿Dónde estas ahora?.- Quiso saber al menos. 

- Si Mery, mas o menos, estoy en casa de mi abuela, esta tarde si puedo nos vemos. 

No tardó en colgar y en sentarse de nuevo en el sofá, los truenos hicieron eco en la vieja casa de madera, y un diluvió se desató,  jamás había visto llover de aquella manera, e inconscientemente recordó las palabras de Gabriel.

Cuando Susan entró de nuevo al salón llevaba con ella una bandeja con lo que parecía ser un desayuno bastante completó, se lo dejó frente a su nieta, que lo miraba atónita. 

- Abuela, no tengo hambre. 

- Come.- La obligó. 

Susan se acercó a la ventana de nuevo para ver como llovía, y se preguntó cuanto tardaría su hija en llegar, había salido con Tom a buscar a Scarlet, pero se habían llevado con ellos las escopetas, en caso de que vieran a una de esas criaturas, y tal y como llovía debían de regresar pronto. 

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2020 ⏰

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