Corrió, corrió todo lo que pudo. Todo estaba encajando en su cabeza como si se tratasen de piezas de puzle. Sentía como el corazón iba a salirse del pecho, algo en su interior ardía, y le pedía gritar.
Así que una vez que se dio cuenta de que estaba lo suficientemente lejos paró y gritó. Gritó tan fuerte que el eco le devolvió el sonido con la misma rabia, apoyó sus manos en sus rodillas y empezó a intentar controlar su respiración.
Tenía muchas preguntas, pero estaba muy enfadada, así que necesitaba tiempo, poder aclarar su cabeza, y después intentar comprenderlo todo mejor.
Las lágrimas comenzaron a salir sin darse cuenta y se dejó caer apoyando las rodillas en el suelo. Alzo la cabeza e inhaló despacio, no quería comenzar a tener un ataque de pánico.
Algo detrás de ella se movió, hizo que se incorporara rápidamente y se giró. Gabriel estaba enfrente suya, se veía el preocupación en su rostro.
El seguía con Thea e Isaac, en su caravana, en el claro, jugando con el pequeño Jason, cuando el grito de Scarlett llego a él, era casi inaudible, pero para el fue como si estuviera a unos metros.
Sin pensarlo dos veces se transformó y corrió todo lo que pudo, hasta llegar a ella.- No te acerques.- Le dijo en un murmuro.
Gabriel frunció el ceño confuso.
- ¿Que te ha pasado?.- Pregunto dando un par de pasos al frente.
- ¡No te acerques!.- Repitió gritando.
Paró en seco, no comprendía que sucedía.
- ¿Por qué?¿Que es lo te ocurre Scarlett?.
- Se lo que eres.
- ¿De qué estas hablando?.
A Scarlett le costó por un minuto decir la palabra, pues le parecía descabellado.
- Un lobo.- Susurró.
Gabriel se quedó sin palabras, ella estaba asustada, podía oír como su corazón palpitaba de manera rápida, su respiración era acelerada, y lágrimas frías mojaban sus mejillas. No sabía que decirle exactamente, ¿Debía mentir? No, estaba cansado de mentiras, pero ¿Y si no aceptaba la verdad?, a esas alturas era un riesgo que debía tomar.
- ¡¿Tampoco vas a decir nada?!.- Preguntó gritando al ver que no contestaba.
- ¿Que quieres que diga?
- ¡Niégalo! ¡Dime que es mentira!
- Sabes que no puedo hacer eso, ya no. Pero puedo explicártelo todo, solo necesito que me escuches.
Gabriel se acercó a ella con cuidado, sintió alivio al ver que no se alejaba. Scarlett por alguna extraña razón no tenía miedo, la cabeza le pedía que corriese y se alejase del lobo, pero su corazón le decía que se quedase y le escuchase.
- ¿Vas a hacerme daño?.- Preguntó con un hilo de voz.
- Jamás haría algo que te dañase Scarlett, no podría soportarlo.
Ella asintió, realmente no podía confiar en nadie, y menos en él, pero sus ojos la decían lo contrario, Gabriel le transmitía paz y confianza, por mucho que intentara negarlo. Tal vez era porque le gustaba, tal vez era eso lo que la cegaba.
- Tengo tantas preguntas.- Admitió.
- Te las resolveré todas, puedes preguntarme lo que quieras.
- ¡SCARLETT!
Su nombre fue gritado en ese momento, la estaban buscando, y lo ultimo que quería era ser encontrada.
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La luna escarlata.
WerwolfSi creías conocer la verdadera historia de caperuzita roja, olvídate de ella. Scarlet siempre ha vivido bajo las dos normas de su estricta madre. Nunca le supuso un problema aquello, hasta que cumple diecinueve años y un suceso cambia su vida. Su...