Capítulo 11

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—Llegas tarde, Parker— me avisó Patrick educadamente.

—Perdón, señor O'Brian— era mi segundo día y ya llegaba tarde.

—Pero te lo dejaré pasar por ser tú— hizo un gesto con una de sus manos hecho puño y chocamos los puños. Sonreí ante su cumplido y vi que su mirada se fijó detrás mío.

—Parker— saludó a Shawn con la mandíbula apretada, parecía un saludo que se hacía en plena pelea de pistoleros en el lejano oeste.

—O'Brian— le respondió con una sonrisa que no le llegaba a los ojos, era una sonrisa falsa, podía reconocer a leguas la sonrisa patentada y la sincera de Shawn.

—Creo que tengo el privilegio de educar a tu pequeño hermano— relajó la mandíbula y lo miró divertido. Fue entonces que Shawn se tensó y lo miró fijamente, ¿qué demonios?, ¿de qué me perdí? Parecía que, literalmente, se lanzaban dagas con la mirada.

—Sí, ahora me doy cuenta— dejó de mirar asesinamente a Patrick y me miró a mí. Dio un paso cerca, interponiéndose entre Patrick y yo con el fin de asomarse a mi salón. Estoy más que segura que su curiosidad nació con el fin alejarme de todo contacto físico con el maestro O'Brian.

—¿Dónde te sientas?— me preguntó con inocencia, todo gracias a mi cara de lárgate o te patearé las bolas. Antes de que pudiera responderle se escuchó el chillido y murmuro de chicas resonando en el sitio.

—¡Oh, madre mía!, ¡Shawn está aquí!— gritó una chica que obviamente quería hacerse notar, y eso me hizo alejarlo por completo de mi salón. Miré a Patrick y me disculpé para poder alejarme del salón.

—¡Me siento dónde sea, Shawn!, ¡no es tan importante! ¡Ahora, dios del sexo, tengo que lidiar con muchas hormonas al entrar en ese salón!— refunfuñé con fastidio, lidiar con esas locas no es tarea fácil.

—¡Por supuesto que es importante, Lena!— declaró un poco airado. —Quiero que te quedes por un buen tiempo y para eso debemos cuidar a Eliot. Cuando termines aquí, llámame. No te entiendo, ayer estabas cabreada porque estuve fuera todo el día y ahora que estoy aquí me echas.

—Existe un equilibrio, creo que es algo que aún no comprendes. Maldita sea, Shawn, ¡también puedo cuidarme en momentos como éste! El hecho de que sea despistada de vez en cuando no significa que sea una completa irresponsable, y sí, me molesta cuando no te preocupas por mí, pero hay momentos en el sí puedo enfrentarme sola— despotriqué en voz baja, debía asegurarme que nadie además de él me escuchara.

Él debía confiar en mí en momentos como éste, y sin mencionar el suceso de Connor en el auto, realmente me molestaba que cuando necesito que esté conmigo está ocupado en lo suyo, específicamente viviendo la vida loca, y las pocas veces que son mis oportunidades para acostumbrarme a Eliot, él se mete. Shawn suspiró exasperado, él sabía que tenía razón.  Para evitar otro cruce de palabras hirientes con él, puse los ojos en blanco y murmuré un nos vemos rápidamente.

Miré detrás de mí y Shawn probablemente se había ido echando humo por los oídos. Antes de entrar al salón me acomodé la peluca disimuladamente y pedí permiso para entrar.

**

—Ya te lo dije, Lexi, no te puedo dar el número de mi hermano, va en contra de las leyes familiares— mentí, una chica de mi salón no dejaba de molestarme con el número de Shawn, hasta se inclinó en mi puesto para mostrarme disimuladamente sus boobies.

—Pero si sólo debes dictarme un par de números— hizo un mohín. Quería gritarle en la cara que dejara de acosarme psicológicamente con su misma petición.

Atrapada en la fraternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora