Atrapada en la fraternidad

Capítulo 24

San Francisco nos había recibido con una mañana soleada. Durante el resto del viaje las cosas entre Connor y nosotros dos habían vuelto gradualmente a la normalidad, sin embargo aquello no me convencía del todo.
Shawn quiso tomarse el día libre, debió ser muy agotador pasar largas horas conduciendo, aunque Connor se había ofrecido a cambiar de conductor un par de horas, él no lo permitió.

Una vez que estacionó el auto en el familiar aparcamiento de la fraternidad, cada uno tomó su rumbo hacia sus habitaciones. Quise ofrecerme a prepararles algo de comer pero en sus rostros se veía que pedían a gritos estar cómodamente en sus respectivas camas. No tuve mas opción que ir por mi cuenta a la cocina y comer sola. Apenas eran las dos de la tarde y la fraternidad no se veía tan llena como de costumbre, era viernes, tenía sentido. Me había preparado un aburrido sándwich de jamón y tomé una de las gaseosas que habían en la gran nevera.

Pese que todos estaban muy agotados, por alguna extraña razón no me sentía así, ¿quizás era por qué soy más joven y sigo siendo mujer? Puede que lo haya heredado de mamá el no cansarme en ajetreos así. Sonreí para mis adentros al pensar en esa clase de disparates.

Mientras disfrutaba plácidamente de mi sándwich en silencio, tuve una llamada entrante. Me fijé en la pantalla y decía el nombre de Patrick, ¡había olvidado nuestro almuerzo que prometí! Contesté de inmediato.

—¡Lo lamento! Olvidé decirte que nuestro regreso se retrasó un poco y recién llegué a San Francisco, pensé que llegaría más temprano— me disculpé apresuradamente y escuché su risa del otro lado de la línea.

—Lo importante es que has reconocido que estuviste a punto de dejarme plantado— dijo entre risas.

—No sabes cómo lo siento— me sentía avergonzada, tras que él estaba haciéndome el favor de llevarme las notas de las clases de los días que había faltado, le pagaba de esta forma. —Si quieres la próxima vez— me interrumpió.

—No tengo prisa, Elena— dijo con voz suave. —Estaré esperándote en el restaurante Sweet Maple, ¿te parece?

—Está bien, no te muevas de ahí, iré enseguida— me despedí de él y cerré la llamada. Di un largo suspiro, tendría que ir en taxi para no hacerlo esperar mucho tiempo.

Tomé el ascensor y fui casi corriendo a mi habitación. Al entrar me encontré con un Shawn profundamente dormido en su cama, sonreí y solo le di un beso en la cabeza antes de salir de la habitación una vez que recogí lo necesario para irme, pero cuando estuve en el pasillo algo llamó mi atención, la habitación de Connor lucía abandonada, no se escuchaba ni un ruido. No me aventuré a seguir cuestionándome y salí de la fraternidad.

Como Patrick sabía todo el melodrama de mi vida, no era necesario que vaya siendo Eliot y aparentar ser alguien más. Le pedí al taxi que me dejara una calle antes de llegar al restaurante, y afortunadamente encontré una vez más un baño público. Antes de entrar rogué con que no tuviera un horrible olor dentro, pero a unos metros del baño vi a una mujer de limpieza que parecía que hace poco había acabado de hacer su trabajo lo cual me alivió.
Una vez dentro empecé a cambiar mi vestimenta y sacar todo lo que no me pertenecía, los guardé muy bien en mi gran bolso negro que cargaba cuando me placía volver a ser yo. La vestimenta que seleccioné para esta ocasión fue un pantalón blue jean de tiro alto con una blusa de tiras color beige y unos flats negros, solté mi cabello pero lo medio recogí de un costado con una vincha con pequeñas pedrerías plateadas y unos aretes redondos igual de plateados, mientras que el maquillaje era rímel y un labial color palo rosa. Me encantaba aprovechar estas oportunidades en el que podía volver a ser yo, por eso me esmeraba tanto en verme bien.

Mis pies se movieron en dirección donde había un gran letrero con las palabras Sweat Maple, había llegado. Empujé la puerta de entrada y de lejos vi a Patrick sentado en una de las mesas cerca de los grandes ventanales de vidrio que poseía el restaurante, vestido con un buzo manga ranglan blanco combinado con negro junto con unos vaqueros claros, se lo veía un poco perdido en sus pensamientos. Me aproximé a paso acelerado y me senté frente a él, su expresión cambio por una más alegre.