Capítulo 10

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Me quede estática y busqué con la mirada a alguien que se vea raro y que use el celular, pero todos usaban su celular.

Sentí una mano en mi hombro, di un saltito y mire.

— ¿Qué te pasa? –Pregunto, mi amiga.

— ¿A mí? Nada.

—Te ves un poco tensa... ¿Segura que estas bien?

—No seas dramática, todo está bien.

Caminamos hacia el área verde, con nuestros cafés en las manos.

—Oye. –Habló Fer.

—Mmm...

—Te acuerdas que estaba babeando por ese ¿chico nuevo? –Lo último lo dijo dudoso.

Que se traerá en manos ahora.

—Si. –Dije expectante.

—No era por él. –Dijo sin rodeos.

—Entonces. –La mire fijamente.

—Me pareció ver a.... tú... -Tartamudeo.

— ¿A mi qué?... –Me empecé a desesperar. — ¡Habla rápido mujer! –Alcé mi tono de voz.

—A Paul, tu ex novio loco.

Golpe bajo para mí.

—No, no y no él no puede estar aquí. –Mis ojos comenzaron a nublarse y mis rodillas no respondían.

—¡Valentia! ..... Vamos dime algo.

Sentí mis ojos cerrarse y caer al suelo.

[...*]

Me dolía mucho la cabeza pero no podía abrir mis ojos, sentía mis parpados demasiado pesados, escuche voces conocidas.

— ¿Ya despertó? –Preguntaron.

—Aun no... -Creo que fue Fer.

— ¿Qué dijeron los médicos? –Es Diego, es él.

Pero... en donde ¿estoy?

—Dijeron que tuvo una impresión fuerte y se golpeó la cabeza al desmayarse. Solo esperan que despierte pronto. –Sentí unas pequeñas gotas de lágrima en mis manos.

Traté de moverme pero fue imposible.

5 horas después

Abrí suavemente mis ojos estaba en un cuarto de paredes blancas y lleno de unas máquinas que hacían sonidos raros.

Mire mi mano y traía una intravenosa, me moví un poco y escuché un quejido.

—Un momento más, mami. –Me dio mucha ternura, pero luego se despertó y quedó perplejo al verme despierta. —Mi amor, al fin despiertas.

— ¿Qué me pasó? –No recordaba casi nada, solo la noticia que me dio Fer, pero no recuerdo de que.

—Te desmayaste en tu colegio, fue por una impresión fuerte.

Impresión fuerte, si ya se fue por Paul.

— ¿Cuánto llevo aquí, y en dónde estoy?

—Llevas exactamente...-Miro su reloj. —10 horas, aquí. Y estás en el hospital.

—Tan serio fue.

—Si...

Entró el doctor por esa puerta blanca, típica de un hospital.

—Hey...Vale, ¿Cómo te sientes? –Preguntó expectante.

—Me duele un poco la cabeza.

—Es normal, tuviste un pequeño golpe en tu cabeza pero nada grave, temía que no despertaras, pero veo que te ves mejor.

—Ahm, ¿Cuándo saldré de aquí? –Pregunte.

—Mañana, a primera hora de la mañana. –Miro por última vez mis signos vitales. —Bien, me retiro, los veo mañana muchachos, y por favor... -Miro a Diego. —Nada de impresiones fuertes por una semana.

—Hasta luego. –Dijimos al mismo tiempo.

Vimos como aquel hombre mandil blanco salió por la puerta.

—Voy por un café, además hay alguien más que quiere verte.

Beso los nudillos de mi mano y salió.

Espere unos 5 minutos y vi a mi mejor amigo Danial.

—Hola mi peque. –Beso delicadamente mi frente.

—Hola mi grandote...

— ¿Cómo te sientes? –Pregunto preocupado.

—Estoy mejor.

—Me alegro mi peque... no es el momento de decirte esto pero...

—Habla. –Lo rete.

—Fernanda me contó la causa de tu desmayo y yo... también vi a Paul cerca del colegio, creí que era por el sol y lo estaba confundiendo pero no, es... el.

Sentí mis manos temblar, sentía que el cualquier momento iba a desvanecerme de nuevo.

—No puede ser, pero... ¿Cómo me encontró?

Tape mis ojos con mis manos y solté unas lagrima, de dolor, angustia, ira, eran tantos sentimientos mesclados.

—Tranquila peque, te voy a cuidar y Diego también lo hará, es un buen chico.

Me abrazó, acepte su abrazó y comencé a llorar descontroladamente.

Mis parpados se volvieron pesados y todo se volvió oscuro.

Teleférico | Diego Villacís [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora