Karla se dio la vuelta por enésima vez en la cama, mientras escuchaba los ronquidos procedentes de la habitación continua. ¿Qué carajo? El tipo roncaba como un camión de volteo. Se puso la almohada sobre la cara, completamente molesta y esperando que ésta pudiera amortiguar el horrible ruido: definitivamente sería una noche muy larga.
(...)
El suave bailoteo de su móvil sobre el buró a un lado de su cama la hizo despertarse aunque, más que eso, fue el olor que le llegó a las narices. Olía a comida. A comida, a gas y a fuego. Se paró de un salto de la cama, casi perdiendo el equilibro en el acto y yéndose de bruces contra el suelo, pero le importa poco pues salió hecha un bólido hacia la cocina, rogándole a Dios que el fuego no hubiese tocado ya la preciosa pantalla LG Cuve que acababa de comprar y que por supuesto aún no terminaba de pagar.
Se frenó de golpe cuando identificó una figura masculina ataviada en un outfit deportivo que se movía de aquí a allá por la cocina. ¿Qué rayos...?
-Hola—Rogelio volteó y le sonrió de lado, dándole la vuelta a un pancake con la sartén.
-¿Qué se supone que es todo esto? ¡Creí que mi apartamento se incendiaba!—demandó.
-MI departamento—corrigió el chico—Y esto...es el desayuno. Supuse que te ibas más o menos a esta hora al trabajo, al menos eso explica tu actitud algo amargada con la vida—Karla lo fulminó con la mirada—oye, es broma. Creo que sería bueno que fueras a la ducha y volvieras con un atuendo más...presentable—la escaneó de la cabeza a los pies al mismo tiempo que Karla hacía lo propio....y se percató que llevaba su pijama de Chip n' dale con un short corto....muy corto. Se giró en un santiamén encaminándose al pasillo para dirigirse al baño, mientras escuchaba tras sí las risas sofocadas de Rogelio, enmarcadas por el siseo del aceite al contacto con los pancakes.
(...)
Cuando estuvo enfundada en un suéter largo con la leyenda "Witch please" y unos jeans blancos, junto con sus botines negros y el cabello más o menos decente se dispuso a salir de su habitación. La mesa ya está puesta, adornada al centro por las preciosas flores en el jarrón de cristal que vio la noche anterior al llegar, y dos platos servidos con 4 pancakes cada uno estaban acompañados por dos vasos de cristal.
Rogelio sacó la cabeza del refrigerador, trayendo consigo un bote de jugo de narnaja y lo dejó sobre la mesa.
-Antes de que digás algo, pagaré todo lo que consuma aquí, ¿de acuerdo?—Karla lo miró bien, pero asintió y él se sentó frente a ella, haciéndole un gesto con la mano para que tomase la silla libre—por favor.
Karla tomó asiento y observó la mesa una vez más.
-Buen trabajo—alabó a regañadientes y pudo sentir la sonrisa presumida de Rogelio aunque no lo estuviese mirando—solo espero que no le hayas puesto laxantes a mis pancakes o algo así.
-Oh vamos, cariño—Rogelio sonó realmente ofendido—yo no caería tan bajo. A decir verdad, siento que esto no será tan malo, hacía mucho que no tenía para quién cocinar y ahora cocino para vos, es como un regalo del cielo—Sus miradas se cruzaron—aunque si quieres averiguarlo...
Karla lo observó una vez más, tomó los cubiertos y comenzó a cortar. Demonios, sabían deliciosos.
Rogelio sonrió con suficiencia y le imitó. Comieron en silencio hasta que ella volvió a tomar la palabra.
-¿A qué hora se supone que te vas?—le cuestionó.
-A las 10. Entreno de 11:00 a 3 y después de comer voy al gimnasio hasta las 7. ¿Y tú?
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¿Y tú quién eres? (Rogelio Funes Mori)
Fanfic-¿Es acaso que vos no me conocés? Soy futbolista, argentino. -No sigo el futbol de Argentina. Ahora fuera de mi casa.