Ah, la soledad.
Algo que acecha tan sutilmente a sus presas y llega tan inesperadamente que termina por consumirlas de la manera más dolorosa y larga que el humano ha conocido.
Bueno, no es que fueras exactamente humana tampoco.
Eras un ángel caído. Uno que fue atrapado en una jaula de aves, condenado a vivir ahí por siglos hasta que el corazón de las almas más puras lleguen a rescatarte.
Pero nadie es tan puro en este mundo sin luz.
¿Cómo habrás terminado ahí? Te preguntarás, sin duda.
Fue por la irracional idea de salvar a tu hermana gemela de su perdición.
Eran tan jóvenes e inocentes. Y a causa de un falso acusamiento tu pequeña hermana fue condenada a vivir junto a diablos esa misma noche.
¡Oh, pero qué incrédula eras!
En un movimiento heroico, la sacaste de la celda que la llevaría hasta el infiero y la sacaste, planeando ir al mundo de los mortales.
Es obvio que las descubrieron y ahora ambas estaban encerradas a metros bajo tierra en una jaula enorme para contener sus espíritus.
Largas y frías noches vinieron después de eso. La única luz que había era aquella que emanaba de tú delicada piel.
Tus andrajosos ropajes te mantenían con calor durante tu estadía, y tus alas, incapaces de estirarse y volar, estaban siempre reposando a tus espaldas, caídas con tristeza y desesperanza.
Lo único que mantenía tu vida, era el mero pensamiento, de que en algún lugar, tu hermana estaba viva. Tal vez en las misma deplorable situación, pero viva. Podías sentirlo. Cada uno de sus débiles latidos. Eran casi inalcanzables, pero presentes.
Una repentina sacudida en tu jaula te sacó de tu trance pesimista y te aferraste al piso como pudiste.
El día ha llegado.
Las puertas de tu jaula se han abierto.
Volteaste a ver al rededor. Tú jaula había desaparecido. Eras libre.
Lenta y dolorosamente extendiste tus alas, como si fuera la primera vez. Un gruñido se escapó de tus labios.
Se sentía tan bien.
"Es más impresionante en persona." Una monótona voz dijo, sacándote de tu trance.
Te volteaste a verlo. "¿Quién eres tu?" Le preguntaste.
El humano tenía un pequeño cuerpo y tenía una rara postura. Su ropa consistía en una cálida chamarra y pantalones de invierno junto con unas botas. Su cabello era del color de la nieve y sus ojos eran de un negro penetrante. Una persona muy peculiar sin duda. Pero lo que más llamaba tu atención era el aura blanco tan deslumbrante que lo rodeaba.
"Mi nombre es Near. Y según entiendo, usted es el ángel que estaba atrapado en la jaula. Vengo aquí para que me cumpla el deseo."
Ah, casi se me pasa ese detalle.
Aquél que logre sacarte de la jaula, tendrá un deseo. Claro que éste tiene reglas; no puedes traer a los muertos, no puedes hacer que alguien se enamore de otra persona y no puedes pedir por más deseos.
Pusiste tus brazos cruzados en tu pecho e hiciste un ademán con la mano. "Específica cuál es tú deseo, humano, y éste será concedido."
El chico formó una sonrisa traviesa en sus labios.
"Me ha de disculpar, señorita ángel, pero pienso guardar ese deseo para después." El albino manoseó su cabello, para después voltearse y caminar hacia donde había venido.
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Anime one-shots
RandomHago de: √ Death Note √ Tokyo Ghoul √ Ataque de los Titanes/SNK √ El Diario del Futuro/Mirai Nikki √ Vampire Knight √ Sword Art Online/SAO √ Defense Devil √ One Punch Man √ Kill la Kill √ Hunter x Hunter Actualmente leyendo: √ Deadman Wonderland √...