Psicópata Antisocial.

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Scarlet.

Escuche el rechinar del piso de madera del interior de la habitación de mi madre al dar pasos rápidos hacia el baño, la cocina y mi habitación, la rutina matutina que más en ese momento me resultaba reconfortante, la noche de mierda ya había acabado y ya no estaba sola, aunque sentía cierto resentimiento hacia mi madre, al tener la manía de dejarme sola justo cuando la necesitaba, y ya estaba un poco molesta porque el hecho de escucharla significaba que ya debía pararme, cosa que nunca quería hacer. Empezó a golpear la puerta.

-Despiertate.
-Ya...
-Son las 6:15

Me levante de la cama sobresaltada, ella tenía la costumbre de decirme la hora siempre adelantada con la intención de asustarme y hacerme levantar de esa manera, y yo tenía la costumbre de hacerlo a pesar de que ya sabía lo que ella hacía. Ni siquiera vi la hora, tomé cualquier cosa que estaba por fuera del armario y entré al baño, salí a los pocos minutos, mi maquillaje no era la gran cosa, era como tomar un lápiz negro y pasármelo por los ojos, seguido de un poco de polvo y un brillo que a penas si se notaba en los labios, lo bueno de tener el cabello corto; no tenía ni que peinarme, pensándolo bien, ahora podría entender porque no estaba con nadie. Salí casi corriendo del baño y en la mesa había una taza de chocolate, la cual tomé de un solo sorbo y corrí al auto en el que mi madre ya me esperaba con cierto afán y desespero, en cinco minutos estuve en el instituto, entre directo a clases.
"Informe de grado, tema libre, 50% nota final de humanidades" Fue lo primero que leí al entrar al salón, tome asiento y enseguida entro un hombre anciano que puso orden a todo y se presentó como el nuevo director de la institución.

-Queridos estudiantes, mi nombre es Thomas Deep y soy su nuevo director, las reglas continúan y se incrementan, mi lema es la disciplina y el respeto, si ustedes cumplen, yo cumplo, si no lo hacen, castigo.

Al parecer a varios se les hizo severo el comentario del nuevo profesor, digo... Director, pues cruzaron algunas miradas indiscretas, incluso a mi me molesto, y sin espera, los más habladores preguntaron que había pasado con el señor Phil a lo que el nuevo director ignoro por completo y diciendo "estaré en mi despacho" cerro la puerta del aula y se fue, entré la confusión... todos nos miramos y los comentarios sobre la mala energía del hombre empezaron a fluir, yo por mi parte me concentré en terminar el último párrafo de un ensayo paranormal que encontré entre un libro de la biblioteca. El profesor entro y todos hicieron silencio ante su llegada, con su batuta, señaló lo escrito en el tablero.

-Informe de grado, tema libre. ¿Que quiere decir? Que este fin de semana estarán en sus casas haciendo esto si es que planean graduarse. Escogen un tema, preparan un informe sobre todo lo que conlleve éste y lo exponen en el auditorio del instituto el lunes, disponen de un tiempo de 15 minutos cada uno. ¿Dudas?

Todos guardaron silencio, pero era de esos silencios de inconformismo que debe ser callado para que la injusticia no siga creciendo y él prosiguió.

-Pueden sacar temas de los libros de la biblioteca, nadie los mira demasiado últimamente y deberían hacerlo, es sencillo y depende de ustedes, 50% de la nota final, ustedes deciden. Ahora, pongan sobre la mesa sus ensayos.

Todos se levantaron y dejaron la carpeta blanca sobre la mesa a excepción de Jonathan, quien era alguien un poco más asocial que yo, pero que a diferencia mía siempre era muy observador y se daba cuenta de absolutamente todo y se notaba cuando alguna que otra vez decía una palabra porque con sus expresiones sorprendía a todos, yo en cambio me encerraba completamente en mi, y era como si el mundo fuera mi mente, incluso a veces en mis fantasías pensaba que él era un tipo de ser extraño, simplemente un psicópata y un antisocial, o era yo, que sólo quería ponerle dramatismo al asunto.

-¿Y tu? ¿Jonathan?-Pregunto el profesor.
-No tuve tiempo de ensayos. Luego hablaré con usted.
-No hay nada que hablar Jonathan, ya sabe su calificación.
-Bien, luego hablaré con usted.

Esa última parte la dijo muy seguro, como si supiera que con el hecho de decir unas cuantas palabras arreglaría la nota, parecía que así solucionaba su vida, intimidando hasta a la vida misma y esto de por sí llamaba mucho la atención en mi, pero por lo mismo no le hablaba, a una persona así, no es fácil hablarle. Sonó el timbre y fue el ultimo en salir, yo disimuladamente me senté al lado del salón y saque mi ensayo paranormal mientras pegaba oreja a la conversación que tenían Jonathan y el profesor Luck. De unos cuantos susurros solo entendí que al final le habían dado la oportunidad de presentar el ensayo mañana, pero no entendía el porqué de unos dos minutos de suave conversación le habían dado la oportunidad precisamente a él de presentar algo, cosa que por lo menos en la clase de Luck nunca pasaba ¿Habría amenazado al profesor? ¿Solo por una tarea de diario?

Me levanté y fui a buscar a Karen en la cafetería, allí estaba, con sus audífonos puestos como siempre, me vio y se quitó uno, me senté a su lado y empecé a comer una empanada.

-¿Como te parece Jonathan?

Ella abrió los ojos un poco sorprendida y se quitó el otro audífono, puso su manos sobre la mesa.

-¡¿Te gusta el psicópata antisocial?!
-No me jodas Karen, solo te he preguntado sobre lo que piensas acerca de él.
-Esta bueno, pero es arrogante.
-Yo creo que es muy interesante.

Sonrió de manera sarcástica y me quito un poco de empanada.

-Te gusta el psicópata antisocial.
-No, no me gusta.

Hice un gesto de molestia, y sonreí hipócritamente, quité la mirada de Karen y mientras pensaba observé el pasillo que parecía sin final de una casita vieja donde guardaban los utensilios de teatro y algunas veces ensayaban. En las escaleras de la puerta de esta casita estaba sentada una chica que parecía estar disfrazada de algún personaje de terror lo cual no me sorprendió mucho pues ese lugar pertenecía a los de teatro, lo que me sorprendió fue la profundidad de sus heridas, la sangre que parecía fresca y real y el maquillaje de muerte, y lo que más me sorprendió fue que jamás había visto a esa chica antes, tenía un hermoso cabello rojo y su disfraz definitivamente era admirable.

-Karen, mira esa chica, que disfraz más genial- susurré.
-¿Qué? ¿Cual?
-La de la casita de teatro, allá.
-¿De qué hablas?- Se burló.
-La única en todo el campus que esta vestida y maquillada como un auténtico muerto, pendeja.
-Ahhhhhhhhhh, la profe de mate con su nuevo maquillaje. - Continuo burlándose.
-No seas idiota, cállate. - también me reí.

De pronto, la chica del disfraz se paró de las escaleras y atravesó la ventana del instituto, a lo que mi reacción fue abrir los ojos como si pudiera hacerlo un poco más y revisar que efectivamente la chica ya no estaba en las escaleras ni en un ningún lado, sentí ansiedad y un miedo que me dejo callada, al pasar los segundos empecé a entrar en pánico por el horrible momento que había pasado.

-¿Que te pasa Scarlet? Estas pálida.
-No veo bien, estoy mareada.
-Calma, vamos a enfermería.

Entonces dirigí mi mirada hacia la ventana donde si no estaba loca había visto a alguien y allí estaba la aterradora chica, mirándome fijamente.

-No veo bien Karen, todo se mueve. ¿Qué es eso de allá?
-Párate, vamos. ¿Qué es que? No hay nada allá, camina.

Entonces empecé a caminar como por una cuerda floja y sentí como si la luz se hubiera pagado.



La Joven Del Libro RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora