El Niñero | Primera Temporada [ ADAPTADA]

CAPÍTULO 1

— ¿______? ¿Puedes bajar?

— ¡Ya voy! — grité ante el llamado de mi madre poniéndome de pie, para bajar las escaleras — ¿Qué pasa? — pregunté sonriente, pero el ver a mis padres sentados en la mesa, comencé a preocuparme, ya que sabía que no estaban ahí precisamente para comer.

— ______, tenemos que hablar.

— ¡Pero yo no hice nada! — me defendí de inmediato, provocando que ambos rieran.

— No es nada de eso ______.

— ¿Entonces?- pregunté aliviada pero aún con sintiendo cierta preocupación, si no sería para regañarme... ¿entonces para qué?

— Hija... — suspiró mi padre tomando un semblante serio — Tenemos que salir del país.

— ¿Vacaciones? — pregunté sin entender mientras me sentaba en la mesa enfrente de ellos — ¡Genial! ¿A dónde iremos?

— No, no son vacaciones — me aclaró, bueno más bien me desilusionó mi mamá.

— ¿Entonces?

— Tu padre y yo tenemos que salir por cuestiones de la empresa. Llevaremos a Haru, pero tú te quedaras aquí...

De acuerdo, esto no iba bien, ambos se irían del país junto con mi hermana pequeña ¿y me quedo yo?, realmente estaba molesta — ¡Y así de simple me van a abandonar!

— No, no te estamos abandonando — volvieron a reír — Tus clases comienzan mañana, no quiero que te atrases... y sobre todo, ¡No quiero problemas! — señaló mi padre.

— ¿Problemas? ¿Yo?, ¡O sea que me estás diciendo problemática! ¡A parte de que me abandonan así de la nada!

— Vamos no te hagas la víctima y olvida esa lista de invitados... — me conocía más que bien, o de plano leía mentes, ya que supo que ya estaba creando en mi mente la lista de invitados a la fiesta.

— Oye... ¡tienes que confiar más en mí!- le dije riendo con un tono de indignación.

— Esa ''confianza''... — rió —...Gánatela.

— ¡Vas a ver que cuando regresen todo va a estar más que perfecto!

— Lo sé.

—...Ves, ya es un avance me estas confiando la casa, tu muy bien. — sonreí victoriosa.

— Ohhh, a ti no... — dijo mi madre con un tono malicioso, soltando una carcajada.

— ¿C....cómo que a mí no?, no entiendo.

— Contratamos un niñero — dijeron al unisonó fingiendo una actitud complaciente.

Reí tontamente y fingí limpiar mis oídos. — ¿Cómo fue que dijeron? — pregunté, tal vez había sido algo de mi imaginación o me estaban gastando una broma, sí, seguramente era lo segundo.

— Contratamos a un niñero... que vendrá a cuidar que no destruyas la casa y que no te corran del colegio... — no era que fuera problemática, solo digamos inquieta y con carácter.

— ¡Papá! ¡Te das cuenta de que es una tontería! ¡Tengo dieciocho años! ¡No cuatro!

— ¡Pero no te podemos dejar con la casa libre! ¡Así que tendrás un niñero y se acabó!

— Bien, no hay problema... — reí con un dejo de furia — Me desharé de él... — susurré cruzando los brazos.

— No lo creo...Tendrá una paga realmente buena, así que nada de lo que le hagas, hará que salga corriendo, además estará a cargo del dinero, si necesitas dinero solo el podrá darte, y si no te comportas, no te dará absolutamente nada y tiene permiso para quitarte tu auto, celular, computadora, iPod y todas las cosas que hagan que te molestes si no las tienes...

Mis ojos se abrieron como platos, ahora la indignación era genuina — ¿Y qué? ¿A un desconocido le confían dinero, auto y a su hija?

— Desconocido... no es, es hijo de uno de mis socios, así que no hay nada por qué preocuparse...

— ¡P... pero! — No hay pero...- me interrumpió mi padre.

— A partir de mañana comienza...- agregó mi madre.

— ¿o sea que mañana se van?

— Así es.

— ¡Ahh! — bufé molesta poniéndome de pie para ir a mi habitación, no podía creerlo, no quería creerlo y me negaba a creerlo.

Sonó la alarma de mi celular, automáticamente me cubrí hasta la cabeza con el cobertor. Después de cinco minutos Haru tocaba mi puerta para que me levantara, por alguna extraña razón ella amaba levantarse temprano, definitivamente era una niña algo rara.