CAPÍTULO 31

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(Narra ______)

—Eso es todo lo que sucedió...— dijo seriamente durante su narración, abrió la puerta y bajo. Yo seguía sin palabras, no sabía ni que pensar. Rodeó el auto y me abrió la puerta, luego caminó de regreso pero esta vez se sentó en el cofre del auto. Bajé y cerré lentamente la puerta. La situación se había puesto aun más densa. —Traté de explicarte, te mandé cientos de mensajes explicándote, te llame cientos de veces...— volteó a verme.

El sol comenzaba a ocultarse provocando una hermosa mezcla de colores en el cielo y los ahora leves rayos de sol, acariciaban su rostro magistralmente.
Caminé hacia donde estaba él, ya que tenía que pasar por ahí si quería llegar a mi auto, quedamos frente a frente —...Pero si tú así de pronto pudiste sacarme de tu vida— él solo miraba hacia el piso —Yo lo entenderé...— dijo pero antes de que pudiera terminar la oración tomé su rostro entre mis manos e incliné mi rostro para poder tener acceso a sus perfectos labios.

Comencé a besarlo con necesidad, con ansiedad, sus labios parecían no reaccionar hasta que de un segundo a otro comenzaron a mezclarse con los míos, provocando esos extasiantes roses que tanto necesitaba. Sus manos algo temerosas subieron a mi cintura y poco a poco fue afianzándose a esta, al igual fue apegándome a su cuerpo, lo necesitaba tanto sus labios, sus manos, sus caricias, su cuerpo. Él.

Se alejó de mis labios lentamente, yo seguía con los ojos cerrados, relamí mis labios terminando de saborear el beso que desde hace ya tanto tiempo añoraba. — ¿Me crees?— preguntó y yo abrí mis ojos. Y me encontré con la enorme sonrisa de GD.

— ¿Debo hacerlo?— pregunté mirándolo a los ojos.

— Por supuesto— dijo envolviéndome en sus brazos, donde yo feliz me refugié. Oculté mi rostro en su cuello, inundando mis pulmones de ese delirante aroma tan único. Deposité un beso en su manzana y luego recosté mi cabeza en su hombro. —Te extrañé tanto hermosa— susurró en mi oído acariciando mi cabello. —No me vuelvas a dejar...— dijo en tono de súplica y no pude evitar derramar lágrimas nuevamente. Había actuado como una estúpida —No llores más— dijo tomando mi barbilla para que volteara a verlo.

—Me siento tan estúpida...— le dije con demasiado sentimiento-

—Hey...— alargó —Ahora volvimos a estar juntos ¿sí?— dijo sonriente —Es lo que importa— agregó y volvió a unir nuestros labios.

—Te amo— dije entre besos —Y creo que a estas alturas...— reí —Ya no puedo sacarte de mi vida tan fácilmente— tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, caminamos hacia el ahora vacío parque y nos sentamos en una banca, imité su accionar y me senté. Pero me tomó de la cintura y me estiró apegándome a él lo más posible. Pasó su brazo derecho por mis hombros mientras que su mano izquierda estaba entrelazada con la mía, me acomodé en su pecho.

Subí mi mano libre a su cuello e introduje dos dedos para sacar la cadena, soltó mi mano y tomó la que sostenía la cadena. —A los minutos de salir de tu casa la vi— me contó —Y no dude en ponérmela— subió mi mano y depositó un beso en esta —...Lo que me recuerda— se puso de pie e introdujo su mano en su bolsillo y sacó la pequeña pulsera de la cual había hablado hace unos minutos. — ¿Me permite?— dijo tendiendo su mano, levanté mi muñeca derecha y ahí coloco el plateado brazalete.

—Es hermoso— le dije sonriente y nuevamente me até a su cuerpo.

—Ahora solo te debo la cena— ambos reímos, pasamos un buen rato así platicando, sus suaves caricias y sus besos furtivos.

— Sabes que es lo que más extraño...— me miraba atento.

— ¿Qué?— preguntó sonriente.

El Niñero | Primera Temporada [ ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora