Me desperté con una sonrisa, Malú seguía entrelazada en mis brazos y dormía como una niña pequeña.
Me quedé mirándola mientras me repetía lo preciosa que era, no sé cuánto tiempo pasó, pero se despertó y me cazó observándola.
- Buenos días Be.- sonrió tímidamente.
- Buenos días dormilona.- le acaricié el pómulo.
- ¡Vaya! ¡Lo siento!- dijo observando nuestra posición.- Seguramente no te he dejado dormir.
- Que va, no te preocupes, he dormido muy bien.- sonreí.
- Estás muy guapa recién levantada.- jugó con un mechón de mi pelo mientras se daba la vuelta para que quedásemos frente a frente.
- Tú también lo estás.- me ruboricé.
- ¿Te apetece pasar el día conmigo?- dijo tímidamente.
- Por supuesto que sí, Malú.
- ¡Vístete! ¡Quiero enseñarte algo!- me besó la nariz.
Me levanté como pude y me dirigí a mi habitación para vestirme. Cuando me estaba colocando el sujetador, la puerta se abrió.
- ¡Perdón!- Malú cerró rápidamente la puerta.- Pensé que estabas en el baño.
- No te preocupes.- terminé de colocarme la camiseta.- Pasa.
- ¡Qué guapa!
- Malú, llevo unos vaqueros y una camiseta negra.- reí.- ¡Y unas airmax!- reí más sonoramente.
- Me da igual, estás guapísima. Me encanta cómo te queda el piercing del ombligo. ¿A qué edad te lo hiciste?
- Creo que a los quince.- hice un esfuerzo por recordar.- Sí, a los quince.- confirmé.
- ¿Y el de la nariz?
- Em...- traté de hacer memoria.- Diecisiete.
- ¿Y los tatuajes?- dijo repasando el tatuaje de mi brazo con la punta de sus dedos. Me estremecí.
- El primero a los dieciséis, y el último a los veinte.- reí.-¿ Terminaste el interrogatorio?
- Sí.- me guiñó el ojo.
- Te dejo cambiarte.- salí de la habitación.
Al cabo de unos minutos, apareció por el salón.
- ¿Vamos?- dijo sonriente.
- Vamos.- me levanté del sofá y cogí los cascos de la moto.- ¿Dónde vamos?
- ¿Te apetece montar a caballo?
- ¡¿Qué?! Estás loca Malú.
- Va, te va a gustar.- me miró a los ojos y me puso cara de pena.- Por favor.- dijo alargando la última "o".
- Bff...ponte el casco anda.
- ¡Bien!- me besó en la mejilla.- Yo te indico.
Se colocó detrás de mí y me rodeo con sus brazos.
- Me encanta ir abrazada a ti.- dijo y noté que sonreía mientras apoyaba su cabeza en mi espalda.
No respondí, aceleré y seguí el camino que me indicaba.
Al llegar, vi un bonito y amplio terreno, que tenía alrededor de cinco caballos. Malú bajó de la moto y fue a hablar con el hombre que estaba en lo que parecía la recepción.
- Ya está.- dijo sonriente.- Tenemos dos horas.
- Malú, yo no sé montar a caballo.- admití.
- Tranquila, estos caballos están muy bien enseñados, te explico dos cosillas básicas y ya está.
La verdad es que tenía razón, me enseñó los movimientos principales y en seguida fui capaz de montar medianamente bien.
La seguí durante todo el camino, me llevó por la montaña aproximadamente durante media hora, después, bajamos cruzando el río y llegamos a una especie de posada.
- Y aquí está el mejor restaurante de comida vegetariana de la historia.- bajó del caballo y lo ató a un árbol, la imité.
- ¿En medio del bosque? No creo que tengan mucha clientela.
- ¡Eso es lo mejor!- rió como una niña pequeña y entró en el local.
Efectivamente, allí no había nadie a parte de nosotras dos y el encargado. Malú encargó la comida, mientras, me senté en la mesa lo más alejada posible.
- Cualquiera diría que quieres secuestrarme.- colocó la comida en la mesa mientras reía.
- Es una opción.- reí.
- Cielo, te aseguro que mis maluleras me rescatarían en tres minutos.- no sé cuánto tardarían sus fans en localizarla, pero si volvía a llamarme cielo, tendría que llamar a una ambulancia.- ¿Be?
- Sí, perdona, estaba en lo mío.- sonreí.- ¿Decías?
- Tengo la semana libre hasta el viernes que tengo concierto, me gustaría que vinieras a verme.
- Claro, allí estaré.
- Perfecto. ¿Sabes algo de Noelia?
- No, me llamó pero cada vez la noto más distante y cansada, espero que esto no dure mucho más.- miré al suelo.
- Tranquila, seguro que pasa pronto.- acarició mi mano.- ¿Y el trabajo?
- Bien, tengo libre estas dos semanas.Los ejecutivos están de viaje de negocios en la sucursal italiana y han aprovechado para hacer obras en la revista.- me encogí de hombros.- Así que tendré mucho tiempo libre.
- Puedes llamarme siempre que quieras, ya lo sabes.- sonrió.
- No quiero molestarte.- admití.
- Eh, Be.- cogió mi barbilla.- Tú nunca me molestas. ¿Sí?- asentí.- ¡Ay! ¡Mi educada periodista! ¿Qué has hecho de mí? - rió.
- Yo no he hecho nada.- me ruboricé.
- Yo no diría eso, desde el día de la entrevista no hago más que pensar en volver a verte.- me miró a los ojos.- Algo tendrás que haber hecho.
- Bueno, a mí me ocurre igual. Tal vez la culpa es tuya.- reí.
- No me puedo creer que tan solo tengas veinticuatro años...- empezó a acariciarme la mejilla.- Eres tan madura.- me puso un mechón de pelo detrás de la oreja.- Tan atenta, tan educada.- sonrió.- Me siento tan bien estando contigo...- vi que dirigía su mirada a mis labios, comencé a temblar, Malú alternaba su mirada entre mis ojos y mi boca.- Be...
- Ya está aquí su comida.- anunció el camarero.
*****
Holaaa!!!! Ya estoy aquí de nuevo! Siento de verdad estas dos semanas pero no podía con mi vida! He echado tantísimo de menos escribir ... Espero que os esté gustando! Os leo!
Besoss!!!
Pd: la chica que puse al principio del capítulo es más o menos mi idea fe cómo sería Be ¿qué os parece?
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Por ti;Malú y Be.
Fanfiction¿Podrías enamorarte de alguien y además de reprimir las ganas de gritarlo al mundo, mentir en tu trabajo? Be tiene 24 años, es periodista, y debe impedir que alguien se entere de lo que siente por ella, Malú.