Capítulo 6 Parte 3

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"Estuviste conmigo hasta que mis lagrimas cesaron y te pasaste al asiento del conductor y encendiste el auto.

Estaba lloviendo. Enormes posas de agua tapando las calles. El vidrio al interior del coche estaba empañado, haciendo que Londres se viese nublado y de ensueño. Se sentía como estar dentro de un capullo, sanos y salvos. Yo sabia, en algún lugar de mi cerebro, que iba a ser castigado por dejar a los chicos solos, pero en ese momento no me importaba, porque estaba en un lugar que parecía seguro."

De vuelta en la fiesta, las cosas se estaban tranquilizando, ya que el drama estaba fuera del camino. Ninguno de nosotros sabíamos lo que estaba pasando.

Ahora, volviendo al presente, me paro y camino por el lado de la mesa con las velas. Dejo caer una moneda en la caja y enciendo la vela, orando algo que ya pasó.

Volteo hacia la puerta.

"Conducimos hacia tu departamento, tu decías que necesitabas un cambio. Yo sugerí un corte de pelo- tú estuviste de acuerdo. Tomaste un par de hojas para afeitar de tu papá, que, según tu, las tenías en tu departamento porque al cambiarte, te confundiste. Cepillaste mis rulos, y los cortaste.

Probablemente esta no fue una muy buena idea- una chica borracha cortándome el pelo con hojas para afeitas, pero estaba lo suficientemente borracho para no haberle dado importancia. No creo que lo hayas hecho mal, para estar borracha. Mi pelo es corto ahora, lo suficientemente largo como para que se curve un poco, pero no llega a ser lo necesariamente largo como para que se formen los rulos. Me sentía como otra persona, una persona mas liviana."

El corte de pelo de Harry fue un gran cambio, y con todo lo ajetreado que estaba pasado, no me extraña que no lo hayan notado.

Un aire frío me choca la cara al salir de la iglesia. El sol ya se escondió, pero no está oscuro, no aun. Es el ocaso, la hora en la que Londres duerme. Pasó junto a una pareja con una niña y me recuerda a la historia de Danielle.

Dios, hemos cambiado irrevocablemente, ¿no? Con todo lo de las cintas- y no podemos hacer nada más que escucharlas.

"En ese momento, ya tenias una botella de algo- no recuerdo lo que era- y lo tomamos en el baño, mis rulos sobre la sabana, entre nosotros. Tú tomaste un mechón de tu pelo y lo cortaste. El mechón cayó junto a mis rulos sobre la sabana.

Una hora mas tarde, mas o menos, notaste lo tarde que era y me ofreciste llevarme a casa. Te hice pensarlo antes, ya que tú casa esta a una hora en auto de la mía, y solo Dios sabe cuanto habría tardado a pie.

Todas las cosas bonitas terminan siempre, de todos modos"

Oh Dios, no. No pudo. Harry no podía estar allí. En algún lugar de mi mente, sé lo que va a pasar. Sé lo que, lógicamente, va a venir después de esto.

Pero no quiero creerlo. No puedo creerlo.

13 razones por qué (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora