Cinta número diez.
Niall."Te dije que volverías en estas cintas. Tú sabes por qué estás aquí. Tú siempre supiste por qué estarías aquí. De hecho, tú pensaste que fue por esto cuando te escuchaste la primera vez en las cintas. Lo que hiciste, de hecho, fue una traición. Me dolió más la segunda vez.
Me encontraste mientras me cortaba. Me encontraste en el baño del ‘tour bus’ con una navaja entre mis dedos y sangre goteando por mi muñeca. Me encontraste colgando de un hilo, y por un momento- un solo momento- te dieron ganas de detenerme. Que mal que no duró mucho.
Búa búa, bebé.”
¿A qué se refería con eso?
“Me escuchaste llorando y abriste la puerta. Me encontraste acurrucado en la esquina, y te sentaste junto a mí, limpiando mis heridas con alcohol y vendándolas. Me confiscaste mi navaja y me dijiste que nunca más hiciese eso.
Me juraste que si me veías de nuevo cortándome, le dirías a administración, tu propio secreto también saldría a la luz. Niall, no tenías idea- lo único que quería era una persona que tomase mis problemas por mi, y lidiase con ellos. No pude hacerlo por mi mismo- ni si quiera podía admitir que tenía problemas.
Creo que fue por eso que te besé.”
Harry y Niall se… ¿besaron?
Pestañeo, intentando procesar todo. No entiendo por qué me duele tanto- Harry no era mio. Nunca fue mio. Y después de todo, nunca lo será. Pero estoy más seguro que la puta madre que saber esto no se siente nada bien. Niall besando a Harry, cuando Harry estaba tan débil.
“Tu también estabas perdidó, peleando una batalla perdida con tu enfermedad. Estábamos siendo destruidos desde afuera hacia adentro. Estábamos tan perdidos, que al parecer, nos veíamos como nuestros botes salvavidas.
Resulta que el destruido no puede salvar al accidentado.
Pude sentir tus costillas cuando mi mano se deslizó por tu cintura. Tus dedos estaban resbaladizos por la sangre. Y nos perdimos juntos.”
Cierro mis ojos. Me duele hasta pensar en ello. No quiero.
“Cuando desperté, te habías ido. Al desayuno, no dijiste nada, nada que me indicara que hablaríamos de ello. Pero sabía que estabas allí- mi chupón estaba en tu cuello y mis brazos estaban vendados se una manera en la nunca pude haber hecho yo.
Ahí fue cuando tomé la decisión. Iba a terminar con todo.
El ahorcamiento era muy difícil; no había una pistola que me pudiese conseguir; un atropello podría haber sido descrito como un accidente. Entonces lo decidí.
Pastillas.