Historia sobrenatural de un viaje de un ángel a la tierra. Éste llegó y fecundó a una hembra australopiecos para enseñarles a los primates en evolución como se verían en un futuro lejano.
Cuenta la leyenda que en la era de los australopitecos descendió desde el cielo un ángel y fecundó a una de las hembras de la manada. Nueve meses después concibió a una criatura muy particular. El enorme cerebro de su hijo, su blanca piel lampiña y sus indefinidos ojos fue la evidencia clave para ser expulsada de la manada. La hembra peregrinó hacia las colinas circundantes en busca de ayuda. Resignándose a ser una ermitaña en medio del reino animal salió a casar como un macho más. Lo alimentó con leche de búfalo, liebres y cabritos, y éste la retribuyó con cualidades especiales.
Transcurría sus primeros años de vida cuando el niño hablaba en doce idiomas desconocidos. Embelesada por tal prodigio le ofrecía sacrificios de todo tipo, mientras él le escribía las poesías más hermosas que una pluma pueda conocer. Por las noches contemplaba el involucionado rostro de su madre, cuestionándose su propia naturaleza. Mientras tanto su magnificencia aumentaba diariamente. Con diez años de edad levitaba hasta el cielo y desde allí estudiaba el firmamento. Comenzó a comprender la impermanencia de las cosas y por consiguiente el vacío interior del ser humano. Al descubrir su mortalidad lloró inconsolablemente a sabiendas de su incapacidad.
El sabio nada podía hacer para detener la vejez. Emancipó su intelectualidad al punto de crear una fabulosa maquina que lo llevaría a cualquier tiempo y lugar. Soñaba con llegar a un futuro remoto donde tales problemas no existieran, sin embargo dicha proeza nada solucionó. A cada sitio en cualquier tiempo que viajara, su cuerpo se encontraba sujetado a la naturaleza material.
Desconsolado decidió conocer el origen y el final de nuestro planeta. Observó exacerbadamente los primeros cambios climáticos, así como también la posterior contaminación y extinción de los mares. Todo lo vio y todo lo comprendió. Exclamó "La tierra es un mundo transitorio lleno de sufrimiento y de muerte".
Confundido regresó al tiempo de su madre y entabló con ésta una conversación personal sobre su progenitor. La hembra nada aportó. En su afán por descubrir y conocer a su creador estudió el ADN de cada uno de los animales de la tierra, no obstante nada bueno descubrió. Ahora quedaba una sola alternativa para su vida, orar sin cesar. Escribió miles de plegarias para rezarlas por la noche, empero no obtuvo ninguna respuesta consoladora.
Posteriormente viajó por todos los lugares de la tierra en diferentes épocas buscando una explicación para su situación. Al practicar los más exhaustivos estudios científicos y por consiguiente estudiar todas las religiones existentes terminó delirante, vulnerable y sin sabiduría. Buscó a su progenitor en todas las épocas, filosofías y ciencias sin poder encontrar una de las tantas facetas de la divinidad.
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Creepypastas :*
SonstigesEl libro que contiene de todos tus miedos. ¿Te atreves a leerlo?