Te enteraste del último desastre natural? ¿Supiste del reciente brote viral? ¿Oíste que la situación económica va cada vez peor? ¿Sabes cómo va la guerra?
¿Podría ser todo esto producto de la casualidad? ¿O un plan maestro contra el mundo y su libertad?
Nosotros somos el Gobierno Mundial, somos los culpables de todo lo que ocurre en el mundo; pero no se preocupen, todo lo hacemos por el bien de la humanidad.
Nuestro origen no es completamente claro, pero nuestra organización surgió hace más de mil años, comenzó como una secta cuyo nombre se perdió con el paso de los siglos. Ésta logró infiltrarse dentro de la mayor organización de aquel tiempo: la Iglesia Católica. En ese tiempo la Iglesia se caracterizaba por su riqueza y su influencia política. Una vez que logramos infiltrarnos en ella no fue difícil meter a los nuestros dentro de los gobiernos más importantes de Europa.
La doctrina católica se caracterizó algún tiempo como una fe basada en la humildad y la tolerancia por el prójimo. Nosotros logramos torcer aquellas creencias hasta convertirlas en una ideología capaz de promover el odio y favorecer el atraso científico.
La Sagrada Inquisición y la Purga fueron consecuencias inevitables de la nueva ideología trastocada. Muchos científicos brillantes murieron por nuestros verdugos; pero su muerte era necesaria, pues el avance tecnológico representaba una seria amenaza contra la Iglesia.
No pudimos vencer contra la ciencia y, como habíamos previsto, la Iglesia fue perdiendo poder. Para entonces ya estábamos dentro de los gobiernos más importantes del mundo y la pérdida de nuestra mayor arma no fue una gran amenaza, y por el contrario descubrimos lo benéfica que podía ser la tecnología para nuestros planes.
Con la revolución Industrial se perdieron muchos empleos, pero se ganó una forma eficiente de crear cualquier producto en el menor tiempo y en mayor abundancia. Las empresas generaron una fuerte influencia sobre la sociedad y la gente se empezó a dejar manipular por la publicidad. Fue entonces cuando vimos nuestra oportunidad y fundamos nuestras propias empresas.
Controlando los gobiernos más poderosos y las empresas que producían toda clase de productos nos fue fácil hacer gigantescas cantidades de dinero y con ello adquirir mayor poder, mas no el suficiente.
Decidimos provocar la Primera Guerra Mundial para adquirir mayores cantidades de dinero y más influencia política. Conforme se alargaba el conflicto más municiones se vendían, más suministros médicos y más provisiones eran requeridas, y a su vez, las personas con la mente puesta en el conflicto no eran capaces de ver la falsedad de éste. Paramos el conflicto cuando creímos haber explotado todos los beneficios que podía habernos traído. Para entonces ya teníamos planes hasta de una quinta guerra mundial para antes de que acabara el siglo.
La situación iba muy bien hasta tiempos de la Gran Depresión, una de las pocas crisis financieras que nosotros no hemos provocado. Perdíamos dinero constantemente, peor un joven brillante, cuyo nombre quedará en el anonimato, nos ofreció una brillante idea: la obsolescencia programada. Antes las empresas competían por tener los productos de mayor calidad y más duraderos, con la nueva ideología sólo importaba vender más, haciendo los productos defectuosos a propósito para que la gente tuviese que comprarlos constantemente. Un ejemplo es que antes las bombillas eléctricas llegaban a tener hasta 3000 horas de duración, hoy no existe ninguna que rebase las 1000 horas. Esto impulsó nuevamente la economía, pues el movimiento de dinero se hizo más constante. Y esto es una muestra del por qué el mundo nos necesita.
Antes de lo planeado, comenzó la Segunda Guerra Mundial, por culpa de un ambicioso hombre que había subido al poder de su país sin que pudiéramos hacer nada al respecto. La primera guerra y la Depresión habían hecho que perdiéramos el control sobre Alemania. Pronto también perdimos el control de Italia y Japón.
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Creepypastas :*
RandomEl libro que contiene de todos tus miedos. ¿Te atreves a leerlo?