LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRIA

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La ciudad de Alejandría fue fundada por Alejandro Magno en el año 332 a.C. y se constituyó en el principal centro cultural del mundo antiguo. Ganó reconocimiento gracias a su faro, de 130 metros de alto, construído en el siglo III a.C., el cual es dueño de una curiosidad. De su locación original deriva el nombre de la palabra castellana que lo define: se hallaba ubicado en la isla de Pharos. Posteriormente, fue destruído por dos terremotos en el siglo XIV. Durante casi dos milenios, la ciudad logró integrar ese grupo de obras arquitectónicas que en su época eran dignas de ser visitadas: Las famosas Siete Maraviilas del Mundo. Alejandría fue tal vez la primera ciudad del mundo constituída completamente de piedra, sin utilizar ninguna clase de madera. 

La Biblioteca fue fundada aproximadamente en el año 300 antes de Cristo y se componía de diez grandes salas y varias cámaras aisladas para los estudiosos. Todavía se discute la fecha exacta de su fundación y el nombre de quien la fundó; pero su verdadero fundador, en el sentido de organizador y no simplemente de rey que gobernaba en aquella época, parece haber sido un personaje llamado Demetrio de Falera. Desde el principio, reunió 700.000 libros, a los que constantemente añadió otros. Los libros eran comprados por cuenta del rey. 

Los eruditos de la biblioteca estudiaban el Cosmos entero. Cosmos es una palabra griega que significa el orden del universo. Es en cierto modo lo opuesto a Caos. Había en la Biblioteca una comunidad de eruditos que exploraban la física, la literatura, la medicina, la astronomía, la geografía, la filosofía, las matemáticas, la biología y la ingeniería. La ciencia y la erudición habían llegado a su edad adulta. El genio florecía en aquellas salas. Fue, indudablemente, el lugar donde los hombres reunieron por primera vez de modo serio y sistemático el conocimiento del mundo. 

Entre los que integraron el grupo de trabajo de la Biblioteca, estuvieron nada menos que Eratóstenes (Matemático, astrónomo y geógrafo), Hiparco (Astrónomo), Euclides (Matemático), Dionisio de Tracia (Gramático), Arquímedes (Físico, ingeniero, inventor, entre otras profesiones), y Tolomeo (Astrónomo y geógrafo), 

El lugar contaba con diez grandes salas de investigación, cada una dedicada a un tema distinto, había además fuentes y columnatas jardines botánicos, un zoo, salas de disección, un observatorio, y una gran sala comedor donde se llevaban a cabo con toda libertad las discusiones críticas de las ideas. 

La destrucción de la gran Biblioteca de Alejandría fue llevada a cabo definitivamente por los árabes, el año 646 de la Era Cristiana. Pero esta destrucción había ido precedida de otras, y el encarnizamiento mostrado en la aniquilación de tan fantástico depósito de saber es particularmente significativo.

Pero volvamos al supuesto fundador, Demetrio de Falera. Nacido entre 354 y 348 antes de Cristo, parece haber conocido a Aristóteles en persona. En 324 antes de Cristo, se da a conocer como orador; en 317, es elegido gobernador de Atenas, y, como tal, manda en Atenas durante diez años, desde 317 hasta 307 antes de Cristo. 

Dictó cierto número de leyes, entre ellas una sobre la restricción del lujo en los entierros. En su época, Atenas contaba con 90.000 ciudadanos, 45.000 extranjeros autorizados y 400.000 esclavos. Después fue desposeído del gobierno y partió hacia Tebas. Allí escribió gran número de obras, una de las cuales, que lleva el extraño título de Sobre el haz de luz en el cielo, es probablemente lo primero que se ha escrito sobre los platos voladores. 

En 297 antes de Cristo, Tolomeo consigue que vaya a instalarse a Alejandría. Entonces funda la Biblioteca. Demetrio se había hecho célebre en Egipto como mecenas de las ciencias y de las artes en nombre del rey Tolomeo I. Después, una sucesión de bibliotecarios aumenta, a través de los siglos, la Biblioteca, acumulando en ella pergaminos, papiros, grabados e incluso libros impresos, si hemos de dar crédito a ciertas tradiciones. La Biblioteca contenía, pues, documentos en verdad inestimables. Pero también coleccionaba enemigos, principalmente en Roma. 

La primera destrucción y sus posibles causas


Aunque no hay demasiadas precisiones al respecto, se sabe que en época de Julio César, la Biblioteca de Alejandría tenía bien ganada fama de contener libros secretos que daban un poder prácticamente ilimitado. Los documentos que han sobrevivido nos dan una idea bastante exacta de ello. Estaban, en primer lugar, los libros escritos en griego. 

El conjunto de la obra de Beroso tenía algo inquietante. Sacerdote babilonio refugiado en Grecia, Beroso nos dejó el relato de un encuentro con seres extraterrestres: los misteriosos Akpallus, seres parecidos a peces, que vivían en escafandras y habrían aportado a los hombres los primeros conocimientos científicos. 

Beroso vivió en tiempos de Alejandro Magno y hasta la época de Tolomeo I. Fue sacerdote de Baal-Marduk en Babilonia. Era historiador, astrólogo y astrónomo. Concibió una teoría sobre conflictos entre los rayos del Sol y los de la Luna que fueron anticipación de los trabajos más modernos sobre la interferencia de la luz. Podemos fijar la fecha de su nacimiento en 356 antes de Cristo, y la de su muerte en 261. 

La Historia del Mundo, de Beroso, que describía sus primeros contactos con los extraterrestres, se ha perdido. Quedan algunos fragmentos, pero la totalidad de esta obra estaba en Alejandría. Comprendido lo que habían enseñado los extraterrestres. 

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