Cuando George Harrison murió en el 2001, mi abuelo vio todo el día especiales que le hicieron en la televisión al integrante de los Beatles él cual yo decía que tenía bonita sonrisa.
Él no se había suicidado como Kurt.
Se había muerto antes de tiempo, se había hecho amigo de los cigarros y de la muerte disfrazada de cáncer.
Él fumaba demasiado.
Mi abuelo cantó todo el día.
Pero el que cantara y tuviera la televisión a todo volumen no haría que George Harrison volviera a vivir.
Y pensé; a la muerte no le importa cuanta gente te adore.
Cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que quería tocar la guitarra como George Harrison.
–¿Qué ideas te metió tu abuelo en la cabeza? –me preguntó y dejó caer sus manos en el agua sucia donde en el fondo yacían los platos sucios de la cena.
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Muchísimas gracias por leer, debo de confesar que me gusta publicar en estos meses del año.
Si, lo se, son capítulos aun mas cortos que los de "Cicatrices", pero espero no decepcionar a nadie.
Puede que (y es lo mas probable) que esta historia les parezca confusa, esto son los pensamientos y recuerdos de la protagonista que tiene acerca de la muerte.
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Alma perdida.
Spiritual❝Volví temprano porque mi alma sangraba y necesitaba coserla.❞