✨15.

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Caminé a la funeraria para buscar el alma de mi abuelo, porque me estaba marchitando y lo necesitaba a mi lado.

Nicolás se encontraba de nuevo sentado en las mesas de la cafetería, igual que aquel día.

Cuando hicimos contacto visual, él se puso de pie y cruzó la calle.

Permití que se acercara de nuevo a mí.

—Por favor permíteme ser tu amigo, si aceptas te juro decirte algo que nunca le he dicho a alguien.

Me repetía una y otra vez lo débil que él podía hacerme.

Pero él me iba a dar algo solo guardado en él y que me confiaría para guardarlo por siempre en mi alma.

Me confesó que había intentado suicidarse por primera vez a los 14.

Lo miré atentamente y de sus ojos no salían lágrimas.

—Así que era verdad cuando me decías que no temías a la muerte.—le dije cuando me di cuenta que había terminado de hablar.

—Yo nunca te mentí, ahora quiero saber que me creerás cuando te diga que eres hermosa.

Tenté mi rostro pero estaba seco.

Fue entonces cuando sentí como en mi interior mis órganos eran regados por las lágrimas que me había tragado.

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¡Feliz año nuevo!

Muchísimas muchísimas gracias a las personas que leen "Alma perdida", no saben cómo me alegra saber que les está gustando.

¡Les mando un abrazo gigante!.

Alma perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora