Alma perdida.

1992.

Lunes 16 de Noviembre de 1992.

–Kurt debe de comenzar a acostumbrarse que los fanáticos tomemos el nombre de su hija. Espero que las niñas no quieran matarnos en un futuro por sus nombres–dijo Benjamín para poder formar al menos una sonrisa en el rostro de su esposa pero fue en vano, ella estaba siendo consumida por los dolores.

10:38 pm.

Era una noche helada, la muerte empujó la puerta del hospital vistiendo sus típicas ropas negras que se transformaron en azul marino.

Le regaló una sonrisa a la enfermera en guardia a la cual visitaría dentro de 9 años cuando su automóvil perdiera el control.

Caminó por los pasillos de los cuales tenía acceso como si trabajara ahí, los conocía a la perfección.

Decía "buenas noches" a la gente que pasaba a su lado pero ellos nunca le contestaban, las personas eran tan maleducadas.

Esa noche se iría con la compañía de tan solo tres almas.

Un anciano, un sacerdote y una recién nacida.