✨16.

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Nunca me había sentido tan pequeña.

El humo que nos rodeaba me hacía sentir así.

Él hablaba del corte de cabello que quería hacerse y de lo miserable que siempre había sido su vida.

Yo lo escuchaba, su voz me hacía sentir bien.
Su cabello despeinado se miraba bien así, no era necesario un corte.

Él me sonreía y eso automáticamente me hacía sonreír a mi también.

Pero de sorpresa no puede evitar ser consumida por el recuerdo de mi abuelo y me sentí decaída.

Nicolás notó eso, él se dio cuenta de mi cambiante estado de ánimo y nunca dejó de hablar para preguntarme que era lo que había pensado.

Miré mis manos, vi el poco esmalte rosa que quedaba en mis uñas y el cigarro que tenía.

El primer cigarro que había aceptado de Nicolás y sentía que eso no había sido bueno, él me estaba fumando y eso a mí no me importaba.

Alma perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora