Capitulo 20. Algo obvio para todos.

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—Vaya cara traes.―saludó Evan apartándose del muro y saludando a Jose, el aludido levantó la mirada para encontrarse con su amigo.

Claro que traía mala cara, se había pasado todo el fin de semana dándole vueltas a porque Helena lo había besado. Evan le dio una palmada en la espalda y ambos atravesaron el muro para encontrarse a los tenistas lanzándose pelotas de tenis envueltas en llamas. Se detuvieron a mitad de camino justo para ver como el profesor salía con un extintor y se ponía a fumigar no solo a las pelotas sino también a los alumnos.

—Ya los echaba de menos. ―indicó Evan con diversión señalando a los alumnos que corrían de un lado a otro con el profesor tras ellos; Jose se encogió de hombros y siguió caminando. ―¿Se puede saber qué te pasa? ¿Tan mal te fue con Nora?

—No... bueno sí, la cita fue un completo desastre pero no estoy así por eso.―comentó Jose comenzando a subir las escaleras de su torre, Evan lo miró de reojo pero no dijo nada.

Ambos llegaron a su clase y Evan tras dejar sus cosas sobre su pupitre caminó hacia dónde estaba Bel hablando con Iván y Helena. Jose dejó su maleta sobre la mesa y se dejó caer sobre la silla, ¿qué iba a decirle a Helena? Miró de reojo a la rubia y vio como ella apartaba la mirada rápidamente de él avergonzada. El que ella sintiese algo por él lo había tomado totalmente desprevenido, se había pasado la noche del sábado sin dormir nada más que pensando la mejor forma de rechazarla sin hacerle daño. De todas maneras, la rechazase como la rechazase ella era amiga de Nora y esa situación solo iba a complicar aún más las cosas con la morena. Suspiró fastidiado, ¿por qué tenía que ser tan atractivo para las mujeres?

—¡Que te den! ―gritó Sonia entrando a la clase y cerrando la puerta de un portazo tan fuerte que hizo temblar el instituto, Jose miró hacia la chica y vio como caminaba hasta su sitio y golpeaba la mesa con los libros.

Cinco segundos después Dan abría la puerta lentamente, Sonia al verlo le lanzó una mirada asesina por lo que el chico cerró rápidamente. ¿Y hoy qué demonios le pasaba a esos dos? Empezaba a cansarse de que todos los días estuvieran discutiendo, gritándose y golpeándose. La puerta se volvió a abrir, pero esta vez Dan empujaba a Matt para que le sirviera como escudo; miró hacia la puerta esperando a que Nora entrase pero la chica no apareció.

— ¡Fuera, los dos! ―gritó Sonia de mal humor señalando hacia la puerta. ―Como no os vayáis os borro todos los juegos de la psp.

Matt se llevó la mano al pecho y abrió la boca mientras Dan se llevaba la mano a la cabeza y fingía un desmayo.

—Como puedes ser tan malvada, amenazarnos con algo tan cruel; eso no es propio de ti.―dijo Matt ofendido, Sonia rodó los ojos molesta y Dan se incorporó.

—¿Se puede saber por qué el sábado os perseguía una horda de mimos furiosos? ―se interesó Helena captando la atención de los tres jóvenes, Jose suspiró aliviado de que no lo mencionara.

—Es que había un congreso de mimos y fuimos y les cambiamos su maquillaje por pintura blanca. ―respondió Dan con naturalidad como si lo que hubiera dicho fuese lo más normal del mundo. ―Fue tan divertido verlos frustrados al ver que la pintura no se quitaba.

—Oye Matt, ¿cómo hago para matar al gigante? Llevo un rato lanzándole flechas pero no hay manera.―Nora entró a la clase y le entregó la psp al rubio que tras varios movimientos se la devolvió. ―Gracias.

Jose chasqueó la lengua, ¿por qué a él si le daba las gracias? Si sólo la había ayudado en un estúpido juego. Esa chica lo hacía para fastidiar, él la había rescatado en varias ocasiones y nunca le había agradecido nada.

—Buenas.―lo saludó Cris depositando sus cosas sobre la mesa y tomando asiento a su lado; Jose gruñó y siguió mirando hacia la morena que agitaba la psp entre sus manos como si así fuese a lograr algo. ―¿Cómo te fue con Nora? ¿Le gustó ir a patinar?

Tienes que ser tú (TQST Libro #1)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora