En cuanto salgo de casa, comienzo a correr a toda velocidad en dirección al campo. Maldita sea... yo hoy solo tenía ganas de estar en casa. Además, después de todo lo que hemos hecho Endou y yo, estoy completamente agotado... Por suerte, apenas hay tráfico y gente por la calle ahora, así que puedo ir rápidamente sin preocuparme por los coches ni por chocar con alguien. En ese momento, me suena el móvil de nuevo. Meto la mano en el bolsillo y lo saco. Es Fudou otra vez. Descuelgo la llamada sin esperar a que suene una nota más de la melodía.
-Ya voy de camino al campo. No tardaré más de cinco minutos.
-¿Dónde estás? -Me pregunta con voz seria.
-Te lo he dicho. Voy de camino. No me digas más...
-Te he preguntado que dónde estás.
Su tono de voz suena más autoritario de lo que me esperaba. Por ello, paro de correr, ahora caminando y solo oyendo mi respiración agitada por la carrera.
-Cerca del parque, pasando el barrio de tiendas. ¿Por...?
Pero no acabo la pregunta, pues noto que alguien se abalanza sobre mí desde un callejón, agarrádome por las muñecas. Me sobresalto y doy un grito, esperando que Fudou me oiga, pero... el maldito atacante es él mismo. Además, se está riendo del susto que me ha dado.
-Gritas como una niña pequeña, que lo sepas -me dice con ese tono arrogante que él tiene. Mi respuesta simplemente es soltarme de su agarre y chasquear la lengua, apartando la mirada.
-Eres imbécil. Es por la noche, pensaba que querían robarme o algo. Aunque solo llevo encima el móvil.
El contrario se mete las manos en los bolsillos, aún riendo, burlándose de mí. Sin querer oír más su risa, echo a andar hacia el campo a la vez que me guardo el móvil en el bolsillo, pero Fudou me agarra por el brazo.
-Eh, vamos, solo era una broma. Me ha gustado oír ese gritito.
-Muy divertido, sí, ja, ja. ¿Vamos a la reunión del equipo o qué?
Fudou se pone a mi lado, mirándome con una sonrisa ladeada.
-¿Qué reunión? ¿De qué hablas? -Pregunta fingiendo no saber nada.
-La que me has dicho antes... -Pero apenas acabo la frase, me doy cuenta de que me ha gastado otra broma-. No hay reunión, ¿verdad?
-Muy bien. Cien puntos para el peliazul.
Me da un golpe en la frente con un dedo, y yo me llevo la mano a esta, frunciendo el ceño.
-¿Y para esto me has sacado de la cama?
Ahora me dedica una sonrisa algo más tierna, muy poco propia de él.
-No... En realidad quería verte un rato. ¿Acaso es algo malo?
Abro los ojos de par en par a la vez que mi corazón da un vuelco. ¿Acaba de decir eso de verdad...?
-¿Eso es cierto, Fudou...?
Chasquea la lengua y se lleva una mano a la nuca, rascándosela lentamente.
-No mentiría con eso, idiota. Además, ha sonado demasiado cursi. ¿Crees que diría algo así aunque fuera para una broma?
Me quedo unos segundos en silencio, pensando... Hasta que extiendo un poco la mano y agarro la suya, sin mirarle.
-B-bueno...entonces vamos a dar un paseo... o algo... Es tarde, y lo único que hay ahora son bares, pero no quiero beber...
El castaño me sonríe y echa a andar, sin soltar mi mano.
-Vamos al parque. Allí estaremos solos...
Y, sin decir nada más, nos dirigimos hacia el sitio mencionado, caminando solo unos cuantos metros más, pues ya estábamos cerca. Ya no hay niños a estas horas, y tampoco hay gente en general, por lo que nos adentramos en el recinto, rápidamente, sin que nadie nos vea. No entiendo el secretismo. No estamos haciendo nada malo... ¿no...? En cuanto llegamos a la parte más alejada de la entrada, nos sentamos en la hierba, el uno junto al otro. Nos pasamos un rato solo mirándonos a los ojos, en silencio. Yo solo puedo escuchar los latidos de mi corazón y mi respiración. ¿Qué pasa con este ambiente tan tenso...?
-Hace... hace una buena noche, ¿verdad...? -Pregunto para romper el dichoso silencio que se había establecido entre nosotros. Fudou asiente levemente y aparta la mirada para posarla en el cielo.
-Hace algo de frío, pero sí que es una bonita noche -responde antes de mirarme de reojo, momento que yo aprovecho para alzar la vista al cielo rápidamente. ¿Por qué he apartado la mirada? ¿Acaso eso no es lo que hacen las adolescentes enamoradas?-. Túmbate, Kazemaru. Así lo verás mejor.
-¿Eh? -Al oírle, le miro en seguida, asintiendo un par de veces-. Sí, no es mala idea...
Entonces, me tumbo en la hierba algo tenso. Lo cierto es que está fría y algo húmeda a causa del ambiente nocturno, pero estoy bien. Al mirar hacia arriba una vez tumbado, veo las estrellas que adornan el cielo, sonriendo.
-Ah... son preciosas, ¿no crees? -Pregunto a mi compañero, mirándole de reojo y viendo que se ha tumbado a mi lado, apoyado en un costado y mirándome con una leve sonrisa. Y... no puedo evitar sonrojarme por ello-. ¿Q-qué...? ¿Tengo algo en la cara...?
-No... solo me gusta mirarte...
No ha dicho eso. Solo puedo rezar interiormente para que ese comentario solo haya sido un sueño. Pero no. Así que me río un poco, nervioso, y vuelvo a mirar al cielo.
Después de casi una hora y media allí, nos hemos dado cuenta de lo tarde que es realmente y nos hemos ido del parque para volver a casa. Fudou ha insistido en acompañarme después de decir, literalmente, que no quiere arriesgarse a que alguien me viole por el camino, porque con el aspecto tan femenino que tengo es lo que puede pasar. Obviamente se ha llevado un puñetazo en el brazo por mi parte. Pero al final me ha acompañado igual.
-Gracias por venir conmigo, pero no hacía falta -le digo, pero antes de que pueda responderme lo mismo de antes, llevo una mano a su boca, tapándola-. Ni se te ocurra decirlo.
Este se ríe y aparta mi mano de su boca.
-Mañana nos vemos en el entrenamiento, ¿vale?
-Claro. Hasta mañana -respondo con una sonrisa, y en vez de despedirse como siempre, me da un beso en la mejilla antes de marcharse.
-Hasta mañana.
Cuando gira la calle para desaparecer de mi vista, me llevo una mano a la mejilla, algo sonrojado. ¿Qué está pasando...? Tras unos segundos más, saco las llaves de mi bolsillo y abro la puerta de casa, entrando sigilosamente. Es muy tarde... seguro que Endou ya está dormido... Poco a poco, me adentro en la casa tras quitarme los zapatos, subiendo las escaleras para llegar hasta nuestra habitación. Sí... allí está. En la cama, dormido, pero con la luz encendida, y sin taparse con las mantas... Ha estado esperándome todo este rato... No puedo evitar morderme el labio inferior. Me siento tan mal... No debería haberle hecho esperar... debería haberme ido en cuanto he sabido que era una broma de Fudou... ¿Por qué no lo he hecho...?
Tras ponerme el pijama de nuevo, me meto en la cama, apagando la luz y tapándonos con cuidado, acostándome al lado de Endou para darle un beso en la mejilla y susurrarle.
-Buenas noches... lo siento, Endou...
ESTÁS LEYENDO
Inazuma Eleven FanFiction - Todo es posible si crees que lo es [EnKaze]
FanfictionSegunda parte de "Amor... ¿imposible?". Han pasado cinco meses desde que Endou volvió de Costail. Ahora, Kazemaru y él viven juntos y son muy felices. Pero el cruel destino está dispuesto a poner aún más dificultades a su relación. ¿Existen realment...