Capítulo 13 (Kazemaru)

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–Mira, Endou. Ya están los resultados de los partidos de ayer. ¿Te apetece que los miremos? –Pregunto sentado a su lado sin esperar respuesta, pero le miro con una sonrisa aguantando unos segundos antes de responder yo mismo-. Genial, veamos... –En seguida, trasteo un poco por las opciones del televisor-. Vaya... esto es difícil, ¿sabes? No es la misma televisión que tenemos en casa, y los botones están muy duros –río hasta que consigo que la pantalla haga algo. Pero en lugar de ponerse la tabla de resultados, lo que veo es un partido de fútbol. Rápidamente, me fijo en el marcador para ver los equipos-. ¡Eh, mira! Parece que vamos a tener suerte, Endou. Tokyo contra Osaka. ¿Qué te parece? Es un buen partido, ¿verdad? –Le miro de nuevo, como si fuera a responderme, pero nada ocurre-. Vamos a verlo juntos, ¿vale...?

La voz casi se me quiebra al final, pero reúno fuerzas para tomar la mano del castaño con sumo cuidado y estrecharla un poco. Tras haber estudiado su rostro, ahora tan sereno y calmado, aunque lleno de heridas, devuelvo la mirada al partido sin soltar su mano. A veces voy soltando comentarios, o alguna exclamación exagerando alguna falta, o un tiro a puerta. No animo a ningún equipo, solo retransmito de forma más coloquial, como si Endou pudiese oírme... Además, casi salto con cualquier gol, fingiendo emoción. No puedo dejar que Endou me vea mal. Bueno... o que lo perciba... o como sea... Pero... nada es como debería estar... Aunque intento aparentar estar bien, es algo imposible... Casi al final del partido, ya casi no tengo voz a causa de estar hablando casi más que el comentarista, así que acabo porque darme callado mirando a Endou. Sin poder contenerme, suelto una suave risa triste.

–No despiertas porque lo notas, ¿no...? Sabes que no sonrío de verdad, ¿no es cierto...? –Pregunto mordiéndome el labio inferior, tembloroso-. No puedo hacer más... te lo prometo... Estoy haciendo lo que puedo, ¿sabes...? –La voz se me quiebra, y entonces no puedo evitar golpearme la pierna con el puño-. ¡M-maldita sea...! ¡Eres un egoísta...!

No...

–¡¿Por qué no despiertas?! ¡Solo estás pensando en ti, ¿no...?!

No.

–¡Eres un idiota...! ¡Nunca has pensado en lo que yo siento...! ¡Como cuando te fuiste a Costail...!

¡No!

–¡¿Por qué me haces sentir esto...?! ¡¿Por qué eres así?! ¡¿Por qué no piensas un poco en mí, en lo que siento...?!

¡No quiero decir esto, maldita sea...! ¡Tengo que callarme, no quiero estar así...! ¡No es lo que siento...! Pero... parece que estoy demasiado destrozado como para pensar con coherencia... Ahora estoy a punto de romper a llorar, pero por suerte, oigo la puerta, lo que me obliga a mantenerme sereno y tranquilo. Respiro hondo en un intento de calmarme y seguidamente me seco los ojos con el dorso de la mano, levantándome de la silla en la que estoy y dándole la espalda a Endou.

–Buenas tardes, Kazemaru-san. Vengo a cambiarle el gotero a Endou-san –saluda muy amablemente la enfermera que acaba de entrar en la habitación.

–Por supuesto. Adelante –respondo con una sonrisa demasiado falsa apartándome del camino de la chica, quedándome frente a la camilla del castaño mientras ella hace su trabajo.

–Tiene buen aspecto, ¿no es así? –Comenta ella. Parece que me ha visto mala cara, porque casi ha forzado el comentario para calmarme.

–¿Eh...? Ah, sí. Endou siempre ha sido muy fuerte... –Bajo la voz con aquella frase, desviando un poco la mirada. No puedo mantener la vista fija en aquella escena por más tiempo.

–Se nota –afirma rotundamente cuando acaba con el cambio de gotero-. Bueno, esto ya está. Les dejaré solos de nuevo.

–Gracias...

Inazuma Eleven FanFiction - Todo es posible si crees que lo es [EnKaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora