Capítulo 6 (Endou)

532 54 2
                                    

La luz del sol entra por la ventana, entreabierta y ligeramente cubierta por las cortinas. Tengo algo de frío... Abro los ojos poco a poco, intentando acostumbrarme a la claridad de la habitación, y entonces noto que estoy solo en la cama. Miro a mi lado y Kazemaru no está... Me reincorporo y me siento de golpe en la cama. ¿No ha pasado la noche aquí...? Pero entonces oigo algo de ruido en la cocina. Sin esperar ni un segundo más, me bajo de la cama y salgo a toda velocidad hacia el pasillo para dirigirme a las escaleras y poder bajar hasta la cocina. Llego en pocos segundos, y allí veo a Kazemaru, recogiendo su desayuno.

-¿Kazemaru?

El mencionado se sobresalta, pues no me ha visto ni oído llegar, por lo que veo. En seguida, se gira, casi dejando caer la taza que tiene en sus manos.

-¡Endou! ¡Lo siento! ¿Te he despertado...? -Exclama mordiéndose en seguida el labio inferior.

-No, tranquilo. Solo... me he asustado al no verte en la cama... -Respondo desviando la mirada y rascándome la nuca-. ¿Qué tal fue la reunión? Tardaste muchísimo...

Kazemaru se queda en silencio, y... me da la impresión de que fuerza una sonrisa...

-T... todo bien. Era... sobre el entrenamiento de hoy... -Me responde antes de girarse y dirigirse al fregadero para lavar la taza. Genial... mi novio me miente... Pero no le diré nada... No voy a presionarle...

-Ah... ya veo... Entonces por eso estás despierto ahora, ¿no...? Entrenamiento...

El peliazul asiente un par de veces, cerrando el grifo para que deje de correr el agua. Entonces, se da la vuelta y me mira.

-Voy a ponerme el chándal y ya salgo, ¿vale? Estaré de vuelta a la hora de comer.

Aunque sé la respuesta, no pierdo nada por preguntar... Cuando Kazemaru sale de la cocina para ir hacia las escaleras, me doy la vuelta para mirarle.

-¿Quieres que te lleve en coche?

El menor se detiene antes de subir, pero gira la cabeza para dedicarme una sonrisa leve.

-No te preocupes. Voy solo. Desayuna tranquilo.

Y, sin más, comienza a subir hacia la habitación. Sí... definitivamente, pasa algo... y Kazemaru no va a contármelo, lo sé...


Al final, ha acabado yéndose solo... Y a mí no me queda otra opción que quedarme desayunando en casa, solo, en silencio, mirando al vacío... Me ha dado un beso antes de marcharse, como siempre, pero lo he notado más frío que de costumbre... He terminado de desayunar muy rápido, así que recojo la cocina, dejándola limpia, como a Kazemaru le gusta, así no me regaña, y voy hacia las escaleras para subir a la habitación y poder hacer la cama. Pero ni siquiera llego a la mitad del camino cuando el timbre de casa me detiene. Rascándome la cabeza, aún algo adormilado, me dirijo hacia la puerta, abriéndola, y cuando veo a quien hay detrás de esta, mi sueño desaparece por completo. Abro los ojos sorprendido, sin poder creerlo.

-¿Fudou?

El mencionado se queda mirándome por unos segundos con el ceño fruncido, sin decir nada. Hasta que carraspea.

-Tengo que hablar contigo. ¿Puedo pasar?

-¿Eh? ¿Conmigo? -Al principio me quedo algo bloqueado, pero luego sigo hablando-. ¿No deberías estar en el entrenamiento? Kazemaru se ha ido hace un rato.

-He dicho que tenía algo importante que hacer. ¿Me dejas pasar o vamos a estar aquí toda la mañana?

No parece que venga de muy buen humor, así que simplemente me echo hacia un lado para dejarle pasar.

-Adelante.

Apenas he acabado de decir la palabra, cuando el castaño ya ha pasado adentro. Cierro la puerta tras de él, y, después de un rato de silencio, el contrario se apoya en la pared, cruzado de brazos, mirándome fríamente.

-¿Qué te crees que estás haciendo?

Ladeo la cabeza ante aquella pregunta, quedándome a una distancia prudente de él, pero cerca para no hablar a gritos.

-¿De qué estás hablando?

-Con Kazemaru. ¿A qué narices juegas?

Abro los ojos algo más, sin dar crédito a lo que me dice.

-¿Jugar? Yo no estoy jugando con él.

-¡Deja de decir tonterías! -Exclama casi sin dejarme acabar de hablar. Me sobresalto ligeramente y no interrumpo-. Cuando abandonaste a Kazemaru aquí, a su suerte, lo pasó realmente mal, ¿lo sabes?Estuvo sin salir a la calle durante mucho tiempo, y si iba al instituto era porque no tenía más remedio. Yo siempre estuve a su lado cuando le hizo falta, di la cara por él, para que estuviera bien. Y, cuando estaba a punto de pasar página, apareces tú de nuevo. ¿Qué pretendes? ¿Vas a volver a hacerle daño? ¿Vas a dejarle de nuevo? ¿Vas a mentirle diciendo que estarás con él y te irás?

Casi me quedo sin respiración ante aquellas palabras tan dolorosas... Lo peor de todo, lo que más duele, es que no miente...

-No... Yo... he vuelto porque...

-¿Dónde estuviste cuando Kazemaru se quedó tantas noches sin dormir, llorando por tu culpa? ¿Qué hiciste cuando se puso enfermo al dejar de comer? Estuvo un año diciendo que volverías, que confiaba en ti. Quería ir a buscarte cuando tuviera diecisiete años, pero no consiguió el dinero suficiente. Y nunca te comunicaste con él para decirle dónde estabas.

Ahora sí que me ha dejado fuera de combate... ¿Kazemaru ha pasado por todo eso... por mi culpa...?

-Fudou... ya basta... -Susurro agachando la cabeza, dolido...

-¿Que ya basta, dices? No. Esto solo acaba de empezar -afirma antes de chasquear la lengua, molesto-. ¿Qué piensas hacer para compensar todo lo que le has hecho pasar? ¿Acaso solo vas a jugar con sus sentimientos como has hecho hasta ahora? ¿Vas a pedirle perdón y con eso vas a solucionar cinco años de dolor? ¡Cinco malditos años!

-Fudou...

A continuación, sin que pueda decirle nada más, se aparta de la pared y pasa por mi lado, sin mirarme, caminando hacia la puerta.

-Eres un egoísta. Solo miras por ti. Nunca has mirado por Kazemaru. ¿Creías que eso era lo mejor para él? Lo dudo. Solo has hecho lo que era mejor para ti, siempre lo has hecho.

Y tras esas palabras que han acabado de destrozarme por dentro, abre la puerta y se marcha de mi casa, dejándome allí solo, de pie, mirando al suelo. ¿Qué acaba de pasar...? ¿Cómo he podido dejar que Fudou me derrote con tan pocas palabras...? Maldita sea... ¿Tanto daño le he hecho a Kazemaru...? ¿Por qué no me he dado cuenta antes...? Sin poder hacer nada más, me dejo caer al suelo, clavando las rodillas en este y dándole un puñetazo con todas mis fuerzas...

-¡Mierda...!

Grito con impotencia, frunciendo el ceño con odio hacia mí mismo y cerrando los ojos, apretando además los dientes. Ahora mismo me siento como la peor persona del mundo... He hecho sufrir a la persona que más he amado, y todo ello sin darme cuenta a tiempo... Lo siento... lo siento muchísimo... Kazemaru... Espero que puedas perdonarme algún día...



Inazuma Eleven FanFiction - Todo es posible si crees que lo es [EnKaze]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora