CAPÍTULO 2

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Y tú al final te vas a ir, o quizás yo me vaya, o quizás a la vez, lo más probable es que yo lo haga antes, no me cojas demasiado cariño; aunque yo no tardaré mucho en hacerlo, -Me pregunto si para salir de la tristeza lo único que se necesita es conocer a alguien con quien desear ser feliz de nuevo- quédate, pero no confíes, sobre todo, no confíes, no te fíes, no te fíes de nadie, tampoco de mí, a veces fallo a la gente. Fueron las peores palabras que jamás dije, se las dije, así sin más, a la única persona que me importaba, y que encima vivía lejos, muy lejos.

Y ojalá alguien se quede, se quede lo suficiente como para conseguir que no me cambie la cara sin ningún motivo; supongo que eso es depresión, aunque aún no estoy diagnosticado.

Viernes 24 de julio de 2015 a las 14:26

Una chica: lucas, ¿por qué no comes? ¿No te gusta la comida?
Otra chica: ha visto la comida y se ha venido abajo.

Y ya me había venido a bajo hace mucho rato.
Yo: no mucho

En realidad no comía porque no me gustase, no comía porque me estaba dando angustia y arcadas y ganas de vomitar y todo me sabia a lo mismo, como cuando bebes agua, un sabor indefinido.

No sé si os ha pasado en algún momento o os pasa todos los días o nunca os ha pasado, pero os aseguro que es una de las peores sensaciones del mundo. Sentir que todos los días saben a agua.

TODOS LOS DÍAS ME SABEN A AGUA SI NO ESTÁS TÚ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora