CAPÍTULO 6

87 6 1
                                    

Caminamos despacio hacia el lugar donde se encontraban esos dos grandulones. Cuando estábamos a ocho metros de ellos nos escondimos en unos arbustos.

—Bien ahora estamos aquí... ¿y luego?— Ian rodo los ojos.

—En cualquier momento tienen que dormir... esperaremos.

Estuvimos aproximadamente dos horas esperando a que se durmieran pero nada hasta que escuchamos:

—Clayton, oigo algo cerca... iré a ver.—

—Ojala sea otro de los soldaditos Alberto... esos que andan vagando por el bosque... ya vez que su carne nos da mucha energía.— El otro rió.

Alberto se separó de su amigo hacia la profundidad del bosque y ahí fue nuestra oportunidad...

Me adelante a Ian y perseguí al grandulón con el cuidado de no hacer ruido, cuando estábamos lo suficiente alejados para que el otro no nos oyera me acerque a él por la espalda con toda la intención de dejarlo inmóvil pero cuando estaba a punto de hacerlo se volteo con una sonrisa macabra.

—Sabía que eras tú princesa.— Lo mire con asco y tome postura de ataque.

—Y tú me das repulsión.— Le escupí.

Me levanto por el cuello que era justo lo que yo quería, saque mi cuchilla de una de mis mangas y se lo enterré en la yugular. Lo bueno de ser mujer era que la mayoría de los ilusos hombres piensan que eres delicada y frágil he ahí nuestra fortaleza y nuestra oportunidad para atacar.

No pudo gritar, se tomaba el cuello buscando aire. Yo terminé con su agonía. No era algo que me enorgullecía... mire mis manos llenas de sangre, una vez más había terminado la con la vida de otro humano. Un humano que había perdido la cordura hasta el punto de llegar al canibalismo pero aun asi no dejaba de serlo. Me hinque cuando los recuerdos llegaron, bombardeandome.

—Laila... yo termine con el otro estaba distraído y fue...— Me miro llena de sangre y corrió a mi.— Hey ¿estás bien? ¿Te hizo daño?— Tomo mi cara entre sus manos.

—No...— Solo salió un pequeño susurro en respuesta.

—¿Qué pasa entonces?— Me miro confundido.

—Una vez más termine con la vida de alguien... — independientemente de las circunstancias me remordía la consciencia.

—Ven, tomemos las cosas y sigamos.— Tomo mi mano y me levanto de un tirón. – Te repondrás.

Caminamos un poco más hasta que divisamos el enorme cuerpo de Clayton y ahí junto a él nuestras cosas. Las recogimos en silencio y seguimos nuestro camino.

Pasamos por un hermoso rio, no faltaba mucho para que anocheciera así que decidimos parar ahí, pero a diferencia que un día antes no acamparíamos... dormiríamos en las ramas de los árboles.

Cenamos unos cerezos que encontramos por el camino y en seguida subimos a un árbol que se encontraba a unos diez metros del rio.

Amarramos todas nuestras cosas a una rama para que no cayeran. Ian se acostó en una enorme rama y yo en otra.

—Aun piensas en lo del hombre...— Dijo Ian sacándome de mis pensamientos.

—Mhm.— Mire hacia la copa de los árboles que no estaba muy lejos de nosotros.

—Es parte de, sabías eso ¿no es así?— Solo asentí.— No te pusiste así con los Akumas.

—Ellos son monstros Ian, las personas que matamos eran como nosotros, un poco dementes pero en fin...—

AKUMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora