CAPÍTULO 10

8 0 0
                                    

—Vamos, baja. No te hare daño— Suspiré, luego resignándome pegue un salto, al fin y al cabo ya me había descubierto, sería estúpido quedarme ahí...

Caí perfectamente.

—Si vas a matarme hazlo de una vez— Lo dije con toda la furia que tenía dentro.

—Tranquila fierecilla...— Levantó una ceja. — Si quisiera hacerte daño ya lo habría hecho.

— ¿Entonces qué es lo que quieres?— Entrecerré los ojos.

—Solo hablar...

—No te diré nada— Retrocedí preparándome para atacarlo.

—No creo que me quieras atacar. — Dijo con una sonrisa.

Él era como todos los Akumas, parecía un humano a simple vista de no ser por esos ojos de reptil. Medía cerca de los dos metros, era corpulento, y facciones duras. Lo consideraría apuesto si no fuera uno de esos monstros que tanto odio.

Así que me agache e intente tirarlo con una patada al pecho pero él se quitó con una agilidad inigualable. Eso hizo que me enojara más; comencé a intentar darle con golpes bajos y altos pero nada, hasta que él fácilmente me tomó por un brazo e hizo que cayera al suelo y en cuanto lo hice me aprisiono poniendo su rodilla en mi cuello y con ambas manos sosteniendo las mías.

—No intento hacerte daño. — Susurró con voz dura. – Si te suelto te calmaras y me escucharas ¿te quedo claro?

Asentí.

—Bien, primeramente no estoy aquí para asesinarte. — Caminó lentamente hasta recargarse en un tronco y se relajo.

— ¿Entonces vienes a tomarte una taza de té conmigo?— Dije sarcásticamente.

—Nunca entendí los juegos de los humanos. — Dijo girando los ojos.

—Soy todo oído.

Me miró.

— Esto no lo escuchaste de mí.

Asentí.

—Mi nombre es Tsuke, hace algunos años yo fui de los muchos infiltrados en la tierra, me prometieron que tendría altos rangos en la guardia... yo entonces era muy joven y no pensaba en las consecuencias de aquellos actos. En mi mundo, servir a tu nación es el mayor honor y si ellos te escogían como soldado no podías decir que no.

— ¿Por qué?— Lo interrumpí

—Porque como ya te lo había dicho, era un honor... nos criaron de esa manera. Cuando me eligieron a mí para venir yo estaba muy orgulloso y mi familia también, tendría alrededor de quince años terrestres.— Se quedó pensando un momento.— Me trasladaron con otros dos soldados quienes se hicieron pasar como mis padres para así infiltrarse dentro de empresas y organizaciones. Yo por mi parte, aprendería costumbres, actuaría como humano, comería como tal y fingiría tener una vida como ustedes. Pero me entrenaban muy duro todos los días para ser un buen guerrero.

—Y... ¿Por qué me interesa esto a mí?— Pregunte.

—Ya lo entenderás...— Se sentó al pie del árbol.— Cuando habían pasado alrededor de cuatro años de mi llegada ya era un hombre, así que entre en las universidades más prestigiadas del mundo para robar ciertos prototipos de armas que eran peligrosas para nuestra especie y la suya, claro. No pensabamos usar armas porque sabiamos que ustedes utilizarian armas nucleares y entonces este planeta tampoco nos serviria, y dentro de la universidad ...ahí la conocí a ella, Elena. Era una ingeniera que trabajaba en los campos electromagnéticos, cuando asistí a esos proyectos la conocí y me fue pasando algo extraño con ella...

AKUMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora