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Dieciséis años después.

—Tienes que comer—Suplicaba Nathan, el primo de Harry—Por favor, no haz comido nada en toda la mañana. Tienes que comer bien para recuperarte—Trató de animarlo. Todos en su familia sabían de su diagnóstico, excepto él. O eso creían.

Hubo una vez en la que los doctores creyeron que estaba dormido, él escucho su conversación.

—Es leucemia, este niño no va a durar mucho. —Comentó uno de ellos—Es triste ver como su familia se esfuerza por mantenerlo vivo.

Tenía 14 cuando eso había sucedido. Ahora tenía 16. Su piel era blanca y poseía unos hermosos ojos verdes que a pesar de todo nunca perdían su brillo especial, pero no lo suficientemente especial.

—No tengo hambre. Prefiero dormir un rato.

—Bien—accedió— Pero tal vez más tarde te despierten para análisis.

Complicaciones con su hígado. Probablemente necesitaría una donación, o probablemente moriría antes de recibirla. A Harry no le preocupaba en absoluto; para él era igual vivir o morir, porque él ya estaba cansado.

Se acomodó entre las frías sabanas del hospital y trató de dormir, después de todo, hacerse el inocente era lo único que le quedaba para no preocupar a su familia o deprimirse.

Louis.

— ¿Enserio tienes que ir? —Preguntó Louis

—Sí, tú debes cubrirme.

—No lo haré, detestó tener que trabajar en un hospital.

—Louis—Suspiró—Eres estudiante de medicina, sabes todo lo necesario e inclusive más que yo. Mis compañeros de trabajo te conocen y saben que serás un buen doctor, no veo por qué no ir.

— ¡Pero mama!

—Pero nada. Iras, tengo cosas que hacer por unos días y tu eres el único que puede cubrirme.

—Bien—Dijo de mala gana.

—Algo más, hay un chico, Harry. Él está muy enfermo, pero no lo sabe así que te agradecerías que pusieras especial cuidado en él, es mi paciente favorito, lo quiero como a ti o a Lottie. —Dijo con un especial brillo en sus ojos.

—Cuidare bien de tu hijo mama—Se burló—Solo serán unos días, no me interesa lo que pase con él después. —Dijo seco.

—Cuando lo conozcas cambiaras de opinión.

—No lo creo—Dijo desafiante y de brazos cruzados

— ¿Quieres apostar?

Si algo odiaba Louis era todo lo relacionado con la medicina u hospitales ¿La razón por la que había querido ser doctor? Fácil, el no escogió la profesión. Era tradición en la familia estar involucrado en la medicina así que no tuvo otro remedio que aceptar, pero aun así iba a la escuela como todo chico normal de 18 años, su carrera recién iniciaba y además como en su familia había muchos doctores, sabía mucho acerca de medicina, es por eso que iba un par se semestres adelantado.

Harry.

Despertó y se dio cuenta de que la habitación estaba vacía, no se molestó en llamar a una enfermera por su pequeño mareo ya que armarían un alboroto, llamaría a Jay. Ella lo conocía desde que había ingresado en el hospital, ella lo escuchaba, ella lo atendía, ella lo quería... pero hoy ella no estaba ¿Dónde se había metido? Harry empezaba a ponerse nervioso, se empezaba a sentir solo. Oprimió el botón para llamar a una enfermera, cuando lo hacía Jay era la que siempre iba, tal vez solo estaba ocupada, es decir, en el hospital hay cientos de pacientes, él lo sabía, no por sentirse mal se sentiría por encima de todos.

Unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos

—Pase.

Louis entró a la habitación leyendo el historial médico de Harry, este no entendía el porqué de tantas hospitalizaciones, había tenido más de 30 hospitalizaciones en 16 años.

—Hola soy Louis—No despegó la vista de sus papeles—Hoy cubriré a Jay, llamaste... ¿Qué sucede? —Levantó la vista.

Harry no podía creer lo que tenía enfrente, el era... hermoso, era perfecto, era Louis. Al ver a Harry el labio de Louis tembló, pero sacudió su cabeza rápidamente esto solo es trabajo.

—M-me duele la cabeza

—Enseguida te traeré algo, por cierto, me dijeron que tenía que hacerte unos estudios.

—Lo se

—¿No estas asustado? —intentó sonar amigable—Yo en tu lugar estaría temblando, tengo fobia a las agujas.

—Estoy acostumbrado—Dijo con tristeza—Puedes ponerme más de quinientas inyecciones en un día y te aseguro que ya no me duelen.

Louis entendió perfectamente a lo que se refería.

—Está bien.

Fue por algunas cosas y regresó a la habitación de Harry.

—¿Listo? —Preguntó antes de sacarle sangre. Harry asintió.

Harry admiraba cada uno de los movimientos de Louis, simplemente no podía creer que algo tan perfecto estuviera enfrente de él.

Pero había un problema; ambos mundos eran completamente diferentes.

Harry nunca convivía con chicos de su edad, excepto su primo. Louis era el chico más popular de la universidad.

Harry gustaba de leer. Louis aborrecía los libros.

Harry era infantil y cariñoso. Louis era serió y un poco amargado.

Harry estaba enfermo. Louis estaba completamente sano.

Harry tenía los días contados y aun así seguía sonriendo a pesar de que sabía que iba a morir en cualquier momento. Louis odiaba su vida.

¿Qué era lo que les atraía el uno del otro? En sus ojos veían la bondad de su alma, Y al verse a los ojos, ambos supieron que todo iba a estar bien. 

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I'm Sick (Larry Stylinson) By: Dbanhi CastilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora