Fuego y nieve

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Llegamos a un edificio elegante. Bajamos en el estacionamiento privado y fuimos al ascensor. Llegamos al último piso y él me dio paso. Abrió la puerta. El apartamento era grande y elegante. Lleno de tecnología, era un lugar muy frio para ser un hogar pero de alguna forma coincidía con el carácter de Taylor.

Llegamos al comedor y había una elegante mesa puesta para dos. Una mujer rubia despampanante en un traje de mucama quizás demasiado provocativo apareció ante nosotros

_ buenas noches señorita Kinston, señor Robertson la cena esta lista_ dijo coquetamente y nos guio hasta la mesa.

El me movió la silla como siempre y ella destapo los platos donde había un soufflé de queso y verduras asadas. Nos sirvió el vino y pregunto demasiado seductora para mi gusto

_ ¿algo mas señor Robertson?_

_ no gracias Cintia puedes retirarte hasta mañana_

_ Hasta mañana señorita, hasta mañana señor_

_ hasta mañana_ respondimos los dos al unisonó y ella se fue por un pasillo al costado.

_ ¿ella vive aquí?_ pregunte mientras comenzaba a comer

_ en la semana se encarga de la limpieza, la comida y mi ropa, los fines de semana se va, Cintia es la hija de una amiga de mi madre que cayó en bancarrota, le di el trabajo para que pudiera ayudar a su familia_ dijo fríamente como si dijera un discurso.

Luego se eso me cambio de tema. Me hablo de su viaje, de los inversores que había encontrado. De nuevos proyectos de la empresa y yo me sentía mortalmente aburrida. Al terminar la cena el mismo trajo una mousse de chocolate de la heladera en elegantes copas.

Terminamos el postre hablando de mis estudios. Y me sentí expectante. El me tendió la mano y me llevo contra su cuerpo. Me beso algo más apasionadamente de lo normal y me susurro

_ Pasa la noche conmigo Zoe..._ le dije que si con la cabeza. Fuimos a su habitación. Todo en negro y blanco pulcramente ordenado y elegante. Su cama era enorme con un edredón negro y blanco y sabanas muy suaves. Nos desnudamos, nos acariciamos, nos besamos, busco un condón y se lo coloco rápidamente y antes de darme cuenta estaba dentro de mí. Trate de concentrarme en sentirlo. Pero no podía, la comparación con lo que Sasha me hacía sentir era abismal. Trate de concentrarme en él y en las pocas sensaciones que tenía y aunque alcance un orgasmo fue muy suave, cuando él se vino tembló un poco y luego me beso de nuevo. Después me levante cubriéndome con su camisa despacio mientras el descartaba el condón y fui al baño que extrañamente estaba en el pasillo porque no tenía en la habitación. Entre hice mis cosas y me lave las manos. Cuando salí vi una puerta entreabierta. Cintia me miraba desde el marco de la puerta con una mirada de odio que no entendí. Taylor salió de la habitación y nos vio mirándonos.

_ ¿necesitas algo Cintia?_ pregunto el enfadado

_ No señor_ dijo ella y cerró la puerta de golpe. Eso me dejo un extraño sabor en la boca.

El volvió del baño y pensé que se acostaría a mi lado pero me dijo mientras se vestía

_ te llevare a tu casa Zoe mañana tengo una reunión muy temprano y no tiene sentido que te quedes. Si quieres mañana en la noche venimos de nuevo y te quedas hasta el domingo_

_ bien_ dije algo decepcionada.

Llegamos a mi casa en un raro silencio. Al llegar el me beso en el auto pero no bajo a abrirme como siempre. Antes de bajar me tomo de la mano y me dijo

_ hacerte el amor fue increíble Zoe..._ yo le sonreí e iba a bajarme cuando me retuvo_ quizás sea mejor hablarlo mañana pero en serio me gustaría que habláramos de tener una relación seria, piénsalo_ me dio otro beso y me dejo ir. No supe que contestarle.

Entre sintiéndome rara. Al pasar por la puerta de la habitación de Sasha sentí gemidos y jadeos. La puerta entreabierta me dejo ver a un Sasha enredado entre las piernas de una morena a la que no le vi la cara. Me di media vuelta y fui a mi habitación sintiendo la angustia de los celos en mi pecho y Salí al balcón dejando que la brisa fría me calmara. No tenía derecho, el y yo no éramos nada y yo acababa de acostarme con Taylor. Sin embargo no pude dejar de compararlos. Sasha era el fuego y Taylor era la nieve. No podían ser mas diferentes.


El precio de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora